Exigir el cumplimiento de la Ley Mayor, no es delito. Entonces, ¿por qué Maduro reprime y dispara mortalmente contra la multitud que protesta en las calles del país? Así, no hace más que enterrar el legado de su padre político y al futuro del socialismo del continente. Su actitud no es racional ni prospectivamente política. Maduro, desconoce que la democracia es inmortal, esta renace desde los corazones de los hombres libres, amantes del progreso, el desarrollo y la felicidad como «Bien Supremo». ¡Lo grande!, el pueblo venezolano es hacedor de naciones libres. Por ello, nunca será reducido a la esclavitud del partido único ni de un solo hombre. Por esta causa, los venezolanos rechazan la forma arbitraria y usurpadora con que Maduro convoca a la ANC. Le exigen desistir de tan funesto proyecto, en cumplimiento de las leyes en sano equilibrio de los Poderes Públicos. La protestan, porque de forma y espíritu, es fraudulenta. Se indignan, porque está siendo impuesta a la fuerza. Se oponen, porque es inconstitucional y mal ejemplo para las presentes y futuras generaciones. Sin duda, saben que este origen, será un cuchillo contra la garganta de la moral, la legalidad y la libertad de la nación. Lo creado con fraude, devendrá en descontento y violencia. Del mal ejemplo nace la delincuencia. Y esta, será incalculablemente más peligrosa, si es política. El país, por su historia, filosofía e idiosincrasia, exige respeto por la vida y las leyes. ¡Qué nadie dispare!¡Qué prevalezca la sensatez! ¡No a la ANC! Que se imponga la acertada frase del papa Francisco: “El diálogo en Venezuela está condicionado a elecciones”.