Iatrogenia es un término médico que puede ser comprendido como cuando un determinado tratamiento resulta contraproducente; ese no cabe duda es el resultado del oficialismo cuando se lanzó por la ruta de la asamblea comunal (AC). Esta acción política ha venido demoliendo al régimen de una manera contundente en un proceso irreversible que lo ha puesto en la puerta de salida del poder.
Los sectores de la población que rechazan la AC alcanzan el 90% sólo igualado por el rechazo a la gestión de Nicolás Maduro del orden del 92%. Pero esta situación se ha agravado para la banda de los siete por la manera vil y canallesca con que han manejado la protesta civil, democrática y pacífica de la ciudadanía que exige unas elecciones generales para dirimir el conflicto. El madurismo no sólo ha asesinado a lo que para mí es una inmensa cantidad de jóvenes venezolanos muchos de ellos entre los 16 y 17 años de manera proterva, sino que además con las declaraciones de los voceros más conspicuos del régimen han bailado sobre sus cadáveres de manera impúdica produciendo explicaciones en donde se exponen los hechos casi como que si las víctimas se suicidaron, contradiciendo incluso a las autoridades que no tuvieron más remedio en algunos casos, como el del joven Vallenilla, en admitir el hecho cruento.
La AC cada vez se convierte en una acción política inútil al régimen y muy útil a la oposición porque ha logrado más que cualquier discurso de la MUD unir al país en contra de las intenciones de instalar en Venezuela un régimen comunista copiado del cubano. El llamado “sistema nacional de medios públicos” y sus voceros se han convertido en el mayor dispositivo comunicacional en contra de la AC, es decir, su efecto termina produciendo su propio mensaje al revés. Cada vez que Diosdado, por ejemplo, dice con su elegante retórica de guapo de barrio que en tantos días con la AC acabarán con la Asamblea nacional, convertirán en privada de libertad a la Fiscal General de la República, pondrán presos a los dirigentes de la oposición y convertirán ya en delito penal manifestar de cualquier forma contra el castro-madurismo, se levanta una ola de indignación que suman más opositores, sobre todo que se desprende de la poca base del chavismo que va quedando cada vez más decepcionada por las penurias a que está sometida por las políticas pérfidas del régimen.
Toda la pretensión de Nicolás Maduro de construir con la AC una institucionalidad que sea reconocida sobre todo internacionalmente (ya sabemos que nacionalmente poco le importa), para poder hacer legal el endeudamiento internacional pasado y futuro se ha evaporado con la respuesta contundente que ha recibido desde todo el mundo democrático que se ha manifestado en contra del AC. Así como se ha esfumado las posibilidades de nuevos financiamientos por las condiciones de grave crisis económica que vive el país con un inflación que este año será de más de 700%, una pérdida de más de 30% del PIB desde el 2012, un escandaloso deterioro de la única fuente de ingreso que tenemos como lo es PDVSA, una infraestructura gravemente afectada por la falta de mantenimiento e inversión, una escasez de alimentos y medicinas intolerable social y éticamente.
Pero lo más importante es el hecho de que Venezuela tiene que pagar por su deuda intereses hasta del 40%, con operaciones escandalosas como la del bono negociado por Golmand, que fue rematado con un descuento del 70%, estas son formas de endeudamiento salvaje, irresponsable para con el futuro de las próximas generaciones, lo que indican con toda claridad que mientras este régimen este en el poder con o sin AC el mercado financiero internacional no concederá financiamiento. En cuanto a los que han venido fungiendo como socios tradicionales ya se entró en default con Rusia con lo que será difícil contar con esta fuente de financiamiento y los chinos están cada vez menos dispuestos a proporcionar nuevos recursos financieros líquidos a Venezuela como se ha venido observando en los últimos meses.
La AC ha devenido en iatrogénica para el oficialismo, ha resultado en la mejor política para lograr una unidad de toda la ciudadanía que va más allá de la MUD, ha generado una voluntad indoblegable de enfrentar el régimen, ha logrado dividir al chavismo y distinguirlo del madurismo, construyendo una sólida masa opositora que le hará frente a las pretensiones de imponer un régimen comunista en Venezuela y conquistará la democracia.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog