Al bloquear un tipo de señal en el cerebro, un grupo de investigadores restauró en ratones adultos la capacidad de su corteza auditiva para aprender nuevos sonidos, según muestra un estudio publicado hoy en la revista Science.
La investigación, realizada por un equipo del hospital St. Jude de Tennessee (EE.UU.), introduce un mecanismo que también podría ayudar a los seres humanos a mejorar su percepción auditiva en la edad adulta y su capacidad de aprendizaje de idiomas o música.
“En el cerebro joven, la información ingresa y puede hacer conexiones permanentes más fácilmente. Es más difícil formarlas a medida que se envejece”, explicó a Efe Jay Blundon, uno de los investigadores que realizó este estudio.
Los investigadores tuvieron en cuenta que poco después del nacimiento, hay un período en el que la exposición de los ratones a los tonos acústicos mejora la representación de esa frecuencia en la zona del cerebro que se encarga de procesar los sonidos.
Esa capacidad, denominada plasticidad, permite a los ratones discernir mejor los distintos tonos.
Algo similar sucede en los seres humanos, lo que puede permitir que los niños adquieran la habilidad de aprender el lenguaje.
Sin embargo, esta plasticidad decae con los años, no solo en la corteza auditiva, sino también en el tálamo, el área del cerebro que interviene en la transmisión de los impulsos sensoriales.
“Elegimos mirar cómo hace la corteza para recibir la información del tálamo”, puntualizó Blundon sobre el trabajo realizado.
“Encontramos que era muy difícil estimular las células del tálamo y hacer que formaran mejores conexiones con la corteza auditiva, a menos que hiciéramos algunos cambios”, agregó.
Entonces, en una serie de experimentos en los que analizaron las señales que transmite el tálamo, los investigadores descubrieron que suprimir una proteína llamada adenosina podía restaurar la plasticidad.
“Encontramos un químico que normalmente está presente en el cerebro adulto. Encontramos que la adenosina puede reducir la comunicación entre las células”, señaló Blundon.
De esa forma, hallaron que al bloquear la acción de la adenosina podían incrementar la plasticidad en los ratones.
“Mostramos que la disrupción de la señal de la adenosina en el tálamo en los ratones adultos, que restaura la plasticidad en la corteza auditiva, también mejora la percepción auditiva”, sostuvieron los autores en la investigación.
Para ellos, un mecanismo similar puede incrementar la capacidad de los seres humanos adultos para aprender, por ejemplo, nuevas habilidades lingüísticas o musicales.
Según un artículo publicado en la misma edición de Science, que pone en perspectiva el estudio realizado por Blundon y su equipo, este trabajo “debería motivar la investigación en terapias no invasivas para tratar los cuadros relacionados con déficits de percepción”. EFE