Una reflexiva periodista me preguntaba en días pasados en una entrevista televisiva sobre lo que se podía decir desde el psicoanalisis del origen de la crueldad, que en los últimos tiempos han estado exhibiendo los cuerpos de “in-seguridad” encargados de reprimir las diversas manifestaciones de protesta que se han venido expandiendo por todo el territorio nacional.
Varios son los factores que confluyen para generar esta forma extrema de violencia. En primer lugar hay que destacar la carga pulsional de la que estamos dotados los seres humanos., carga pulsional agresiva que puede ser orientada hacia el prójimo o hacia uno mismo. Y es que el ser humano no está al servicio del bien, como suponen las religiones. Así, Freud planteaba en el “Malestar en la cultura”: no somos seres mansos, amables , solo capaces de defendernos si nos atacan, el semejante constituye una suerte de tentación para agredirlo, explotarlo, robarlo, humillarlo, martirizarlo y hasta asesinarlo. Tal como ha venido sucediendo sistemáticamente en Venezuela por parte de la Guardia y la Policía Nacional sobre los ciudadanos que soberanamente han decidido ejercer protesta a este gobierno, por múltiples razones.
Solo el avance de la cultura, el vivir en sociedad, la educación, la formación cívica, la construcción de ideales, el someternos a la ley, pueden constituirse en barrera de contención para morigerar la pulsión destructiva que nos habita. Y aquí podemos colocar el segundo factor que confluye en la irrupción de la crueldad que actualmente estamos presenciando en Venezuela con estupor y angustia. Este factor reside precisamente en la serie de elementos que conforman la barrera que tramita o modula dotación pulsional.
La aparición de contingencias pueden facilitar el debilitamiento del entramado social y legal que pone limites a la tendencia agresiva , es lo que ha venido ocurriendo en nuestro país. Diversas son las contingencias que pueden ser claramente identificadas en el periodo de ejercicio del poder por el llamado “Socialismo del siglo XXI’.
La impunidad ha llegado a limites inimaginables, algunos estudiosos del tema han planteado que nueve de cada diez de los asesinatos, expresión extrema de la agresión, cometidos en el país permanecen sin castigo alguno. Si no existe ninguna consecuencia legal o judicial sobre la tendencia a ser cruel y brutal porque habrían de abstenerse?
Viene a sumarse a la pregunta sobre la causa de la crueldad la formación profesional, la que reciben los funcionarios que van a integrarse a la Guardia y la Policía Nacional Bolivariana en los actuales momentos se ha visto reducida de dos años a un periodo de entre 4 y 6 meses. Resulta mas que evidente que en este corto tiempo de formación la transmisión de conocimientos y principios de educación ciudadana , respeto por el otro, concientización de derechos humanos , conceptos de libertad y democracia , no han podido ser introducidos, si es que alguna vez se pensó en ello. De este modo el otro es visto no como un ciudadano sino como un adversario , enemigo, al que hay que destruir , porque así lo ordenan mis superiores. Si se tiene el poder de destruir al otro y si ademas se me inculca que los que protestan representan a aquellos que me han estado explotando por años, que me han quitado lo que me pertenece, si estamos enfrentados en “una lucha de clases”, entonces voy a descargar toda mi pulsión agresiva sobre aquel que me ha hecho daño .
La serie de consignas y ordenes que se han repetido cada mañana de estos noventa días de protesta en cada patio de formación de los funcionarios que se aprestan a reprimir, a maltratar, a robar y asesinar ciudadanos en las protestas están impregnadas de odio y rabia: “acaben con ellos”. Iguales expresiones se utilizan en el enfrentamiento de dos equipos en el campo deportivo, pero los jugadores saben que se trata de una consigna de orden simbólico o figurativo, los guardias y policías nacionales se lo han tomado al pie de la letra . Mas de ochenta muertos y cientos de heridos dan cuenta de esto.
Otro elemento que se agrega atañe a la construcción del ideal en la subjetividad del colectivo de la fuerza publica, y en otros colectivos también. El ideal está representado en el líder de la fuerza militar a la que se pertenece. Ver como sus lideres cometen actos situados fuera de la ley, en actitud francamente perversa, lo que sirve es de estimulo, de aliciente, para que un funcionario militar se identifique con el líder y pase él también a tener comportamientos totalmente situados fuera del estado de derecho.
Como guinda del helado una última contingencia se suma al empuje a la crueldad: el reconocimiento de líder mayor a aquel militar que ha delinquido. El mensaje no puede ser mas claro: el militar que cometa delito, que se salga de la ley en el ejercicio de sus funciones represivas tendrá el mayor reconocimiento por parte del presidente de la república.
Si aunamos la tendencia agresiva destructiva a la serie de contingencias que hemos resumido, el resultado no puede ser otro que la mayor exteriorización de la crueldad en la fuerza publica . Mayor confluencia de factores imposible!
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