Venezuela atraviesa el más grave de sus momentos republicanos. El estado formal, el previsto en la constitución, ha sido desintegrado por una serie de acciones ilegales e ilegítimas del conjunto de herederos de Hugo Chávez que se hicieron del poder como si de un botín se tratara.
A sabiendas de que han perdido el apoyo popular, decidieron evitar a toda costa cualquier procedimiento electoral llegando incluso al colmo de eliminar el resultado comicial del Estado Amazonas con la finalidad de truncar la mayoría absoluta que la oposición conquistó en 2015. Esta fue la tercera entrega de este golpe por fascículos que la dictadura ha venido ejecutando desde el mismo momento que no aceptó una auditoría de las elecciones presidenciales de 2013. El segundo fascículo fue el nombramiento por una Asamblea Nacional extinta, la comandada por Cabello, que violando toda legalidad y procedimiento nombró un TSJ obsecuente y dispuesto a cumplir con las órdenes de la cúpula putrefacta que controla el poder en Venezuela. Demás está decir que estos sujetos no debieron aceptar los nombramientos como jueces visto lo viciado del procedimiento, pero, corrupto es corrupto.
El manejo que hace el señor Maduro de los asuntos que le competen como presidente de Venezuela es verdaderamente lamentable y despreciable. Durante los últimos años hizo caso omiso a las señales que anunciaban una caída de los precios del petróleo que acabarían con el socialismo a realazos instaurado por Chávez. Por el contrario, siguió endeudando al país y pagando religiosamente los intereses y capital de la gigantesca deuda contraída por él y su predecesor en detrimento del pueblo venezolano.
Y lo que pasa es que estamos frente a un conjunto de personas que conforman una banda criminal que se dedica a distintas actividades delictivas. La primera y más evidente es el saqueo de las arcas de la nación a través de un control cambiario que ha desangrado el tesoro público como nunca antes desde el descubrimiento.
La otra rama del negocio tiene que ver con el tráfico de drogas que se ha enseñoreado en Venezuela de una forma jamás vista. Estos señores han puesto al servicio de la internacional del narcotráfico todo nuestro territorio, en cual pululan pistas de aterrizajes clandestinas, el tránsito por nuestros grandes ríos y costas de lanchas rápidas que llevan la droga a naves nodrizas, nuestros aeropuertos y puertos que han sido groseramente usados para que salgan naves con grandes cargamentos de distintas drogas.
En este punto estriba principalmente el problema que enfrentamos los venezolanos. Esta banda criminal dedicada al tráfico de drogas está al descubierto y sabe que deberá pagar por sus crímenes de caer en manos de la justicia. Aunque es claro que la constitución de 1999 prohíbe la extradición de nacionales, una enmienda de la carta magna pudiera cambiar esa situación convirtiendo a buena parte de la banda gobernante en extraditable.
Ante esa pavorosa posibilidad deciden cambiar, inconstitucional e ilegalmente, la mejor constitución del mundo. ¿Con qué finalidad? La principal, establecer un estado en el que las elecciones se realicen en segundo grado y los electores sean designados por el partido de gobierno. De esa forma, la banda delictual se garantiza dos cosas: hacer del país la guarida en la cual pueden disfrutar de todo su dinero mal habido y evitar que la constitución sea enmendada para convertirlos en extraditables.
Es así como el problema que enfrenta el pueblo venezolano no es enteramente político. Porque la banda narcotraficante está dispuesta a lo que sea para no salir del poder y llevar a cabo su trampa constituyente. ¿Cuál modelo de constitución? El cubano evidentemente, uno en el que la gente quede subordinada a unas comunas en las cuales no tienen más alcance que el vecinal o parroquial y cuyos dirigentes nombrados a dedo votarán permanentemente por mantener al dictador en el poder.
Lo electoral se ha convertido en la peor pesadilla del narco madurismo/cabelludo. No ganarían una elección ni en las juntas de condominio de sus casas de habitación. Están rodeados de quienes consideran perros fieles que para mala suerte de ellos es gente con muy poca preparación, inexistentes valores morales y con un profundo desprecio por los valores democráticos.
El problema de los venezolanos, repito, no es político. Es el enfrentamiento de un pueblo contra una banda criminal. Esto raya en lo que hemos visto durante los últimos más de noventa días, en una guerra civil de baja intensidad en el que la mafia gobernante saca a sus paramilitares a someter por la vía del terror a la población, y donde soldados de otros países son incorporados en los cuerpos policiales para reprimir brutalmente a los venezolanos.
Cada vez que he hablado con alguien fuera del país le he explicado que en Venezuela no se puede invocar el principio de autodeterminación de los pueblos. Básicamente porque quienes están en el gobierno no respetan ni la constitución ni las leyes. Porque para ellos todo el que se les opone es automáticamente un enemigo que debe ser liquidado y allí encontramos el penoso caso de la persecución de un ilegítimo, ilegal y corrompido TSJ en contra de la Fiscal General.
Lamentablemente, debido a la ceguera de la comunidad internacional, la apatía e incapacidad de buena parte del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, esto va a terminar mal. La no decisión por parte de la OEA se convirtió para los sectores en conflicto en el país en una especie de carta blanca para apelar a lo que sea necesario para imponer el modo de hacer de quien resulte victorioso en esta ya sangrienta contienda.
La autodeterminación del pueblo venezolano difícilmente será por la vía pacífica a menos que una acción internacional le haga ver a Maduro y su banda de malhechores los costos que acarrearía seguir violando todos los derechos humanos de los venezolanos como lo han venido haciendo con más énfasis durante los últimos cuatro años.
La inacción internacional, de continuar, derivará en una cruenta lucha que convertirá a Venezuela en una Siria suramericana y en un grave problema para la región que tendrá una fuente de violencia y narcotráfico que con toda seguridad los afectará gravemente.
@botellazo