Los trabajadores de la Fiscalía de Venezuela planean protestar, ir a huelga o tomar acciones legales si su jefa es removida del cargo, luego de que rompiera con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, según tres fuentes cercanas a su oficina.
Reuters
En un inesperado giro en el marco de una ola de protestas opositoras, la fiscal Luisa Ortega pasó de ser una aliada a convertirse en la mayor crítica del mandatario dentro del oficialismo, incluso llegando a denunciar al Gobierno.
El Tribunal Supremo de Justicia, un organismo pro gobierno, hizo desde la semana pasada un receso de cinco días antes de emitir una decisión sobre la remoción de Ortega, pedida por un legislador oficialista. La abogada de 59 años ha dicho que no reconocerá el dictamen por considerar a la corte “ilegítima”.
“Ahora más que nunca tenemos que hacer cumplir la Constitución y las leyes. La fiscal general ha dado pasos muy importantes en este sentido, eso no se lo van a perdonar ni a ella ni a la institución, por ello hay que dar la batalla”, se lee en un manifiesto que ha circulado entre los trabajadores y que fue visto por Reuters.
Entre las medidas planeadas están “acciones legales formales contra los usurpadores y sus cómplices, realizar protestas externas e internas, denunciar en los medios de comunicación y redes sociales, renuncias masivas, huelgas explícitas o implícitas, no seguir instrucciones, no colaborar, brazos caídos, no obedecer”.
Incluso el helipuerto en la sede principal del Ministerio Público, en el centro de Caracas, había sido bloqueado con muebles y objetos para evitar aterrizajes, según las fuentes, que pidieron no ser identificadas por temor a represalias.
La fisura dentro del movimiento fundado por Chávez le dio nuevos bríos a la oposición, que se mantiene en protesta en las calles desde hace tres meses para exigir elecciones anticipadas en medio de una profunda crisis económica que tiene a millones sufriendo por la escasez de alimentos y medicinas.
Seguidores de la oposición cerraban el lunes algunas vías con barricadas, sentados en las calles y desplegando sillas y juegos de mesa, en un “plantón” con el que esperaban detener las principales ciudades del país.
La oposición convocó el domingo a participar en un plebiscito sobre el Gobierno de Maduro y su plan de reescribir la Constitución, aunque el presidente ya dijo que no será vinculante. Reuters