La casa por cárcel no significa la independencia de Leopoldo, porque sigue estando privado de libertad, pero si alivia sus penas y permite a su familia, en especial a sus hijos pequeños, contar con la presencia del padre faltante. El cambio de estatus en el enclaustramiento de este insigne preso de conciencia, no es una acción humanitaria del régimen, ni mucho menos obra de la diplomacia de Zapatero. Se trata de una jugada política del gobierno a múltiples bandas: en primer lugar Maduro y sus asesores del G2 cubano, pretendieron lavarse la cara ante la opinión pública internacional por el grave asalto al Congreso del país; en segundo lugar se buscó opacar el impacto en la opinión política nacional del plebiscito de este domingo, algo que no ocurrió porque la gente celebró la salida de la cárcel pero no perdió el foco en el 16; en tercer lugar el madurismo pretendía bajarle el volumen al rechazo a la constituyente, cosa que tampoco logró; en cuarto lugar, se intentó dividir a la oposición, sacando de la mazmorra a la figura de mayor preferencia en las encuestas, buscando con ello crear fisuras en el liderazgo de la MUD, algo que felizmente tampoco ocurrió; en quinto lugar, el régimen hizo las cosas (el traslado y la forma de comunicar el hecho), de manera que se crearan suspicacias, algo que en la mente de algunos fundamentalistas de oposición, se prestó a dudas y dio lugar a falsas especulaciones, cosa que no fue general y no tuvo acogida, frustrándose también este endiablado propósito del chavismo.
Si a alguien se debe el beneficio al procesado, es a su abnegada esposa que recorrió medio mundo incansablemente, denunciando la injusta prisión de su marido; en ese sentido hay que reconocer que Lilian perseveró, luchó, no se dio por vencida, no transigió y nunca cejó en su empeño, algo que molestaba profundamente al régimen. También su señora madre: Antonieta, lo abandonó todo por emprender una titánica lucha para lograr mejores condiciones para su hijo, basta con recordar el encadenamiento de ambas (pero también de Mixie) frente al vaticano en pleno invierno. El gobierno la tiene muy difícil porque estas damas no van a bajar la guardia en la determinación por lograr la libertad plena de su esposo e hijo.
Rodríguez Zapatero y los hermanitos Rodríguez, lograron transitoriamente mejorar su imagen, pero todos sabemos que más que una concesión graciosa, se trató de una jugada del régimen buscando sacar ventaja a un hecho que le convenía ejecutar. El gobierno atenuó su pésima imagen internacional, pero además pretendió sacar otros beneficios. Afortunadamente no logró lo segundo.
Miguel Méndez Rodulfo
Caracas, 14 de julio de 2017