Más de siete millones de venezolanos, unos 700.000 en el exterior, le asestaron ayer al narco-régimen un verdadero palo cochinero. Le dijeron a los asesinos de la Guardia Nacional que los desprecian, a los contratistas ladrones de PDVSA que serían enjuiciados, a los adulantes de la prostituyente que no se molesten en seguir con su farsa, a los narcotraficantes con charreteras que serán llevados a la cárcel, a los perros falderos del castrismo que su traición no quedará impune, a las jineteras morales del Consejo Nacional Electoral que no son necesarias.
Le dijeron a Maduro, a su gabinete y a sus instituciones podridas que ya no tienen poder alguno sobre la Venezuela decente. Quienes organizaron y manejaron la consulta popular fueron ciudadanos sin armas y sin Lucenas. Los venezolanos fueron a votar en completa libertad, desafiando al miedo, sin estar rodeados de gente torva con ametralladoras en la mano y sin que sus votos fueran objeto de escamoteo. Los rectores de las universidades y no las harpías desvergonzadas del CNE fueron garantes de la pulcritud del conteo.
En Venezuela y en todos los rincones del planeta, los venezolanos hicieron sus colas y le dieron un palo cochinero al pobre diablo semi-analfabeta encuevado en Miraflores, quien se niega a reconocer que no es el presidente de los venezolanos.
Ahora, con esta consulta popular a la luz del mundo, la Asamblea Nacional de Venezuela puede proceder a nombrar un gobierno paralelo y reducir al narco-régimen a lo que realmente es: una pandilla de malandros enquistada en el poder, rodeada por ciudadanos dignos que la rechazan y esperan verla en prisión.
Nada de entendimientos con esta pandilla. Nada de negociación con el narco-régimen. Actuemos con decisión para confrontarlos en todos los terrenos. Que los gobiernos de la región, que el Papa y el Sr. Gutierres de la ONU sepan que en Venezuela hay un país de pie frente a una banda de gánsteres políticos y saqueadores del erario público con la cual no hay diálogo posible.
Que se vayan midiendo sus trajes de presidiarios los chavistas y los maduristas que se hicieron pasar por amantes del pueblo y por ideólogos del socialismo del siglo XXI y terminaron utilizando a sus suegras para depositar en Suiza sus dineros mal habidos.
Fuera el narco-régimen. A la cárcel los ladrones y asesinos de la “revolución” chavista.