El resultado de la Consulta Popular realizada por la oposición este domingo contra la Constituyente del presidente Nicolás Maduro, abre una nueva etapa en la crisis política que sacude a Venezuela.
Por Pedro Pablo Peñaloza / Univisión
La movilización de más de siete millones de venezolanos, que manifestaron su opinión en esta consulta popular organizada en tiempo récord y con escasos recursos, ejerce presión sobre el mandatario, interpela directamente a la Fuerza Armada -que fue incluida en una de las preguntas de la consulta- y también exige a los partidos de la alianza opositora definir una estrategia clara para cumplir la voluntad expresada por la ciudadanía en las urnas.
Pero quizás lo más destacado por los observadores es que lo ocurrido el domingo en Venezuela y en cientos de centros de votación en el mundo, es que se trató de uno de los actos de desobediencia civil más importantes que ha organizado la ciudadanía en ese país en su historia por sus características y el contexto en que se produjo.
A continuación resumimos los elementos más importantes que se puede destacar de la movilización ciudadana:
La consulta popular que llevó a cabo la oposición venezolana no fue un evento electoral ordinario. Con su participación el domingo, más de siete millones de ciudadanos expresaron su rechazo a la Asamblea Constituyente que pretende imponer el presidente Nicolás Maduro, exigieron a la Fuerza Armada respetar la Carta Magna y apoyaron la creación de un “Gobierno de Unión Nacional” que desplace al régimen chavista.
“La del domingo no fue una consulta para elegir representantes a cargos públicos, sino un mecanismo para profundizar un proceso de movilización social y dotar al liderazgo opositor de legitimación para un repertorio adicional de opciones estratégicas”, explica el politólogo John Magdaleno.
El Parlamento de mayoría opositora aprobó la realización del plebiscito el 5 de julio y apenas 11 días después se efectuó la votación. Sin contar con el respaldo del Consejo Nacional Electoral, la Fuerza Armada y el resto de las instituciones del Estado dominadas por Maduro, los partidos de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y grupos de la sociedad civil organizaron todo el proceso, que incluyó el despliegue de 2,030 centros de votación en el territorio nacional y otros 612 en 532 ciudades de 82 países.
Las últimas elecciones nacionales que se celebraron en Venezuela, las parlamentarias de diciembre de 2015, se convocaron con seis meses de anticipación y para su celebración se instalaron 40,601 mesas de votación. La oposición ganó aquellos comicios con 7,728,025 papeletas. Ahora, en menos de dos semanas, partidos y ciudadanos desplegaron tan solo 14,300 mesas de votación y con el 95% de las actas escrutadas, la participación alcanzó los 7,186,170 sufragios.
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