La ciudadanía respondió al reto y siete millones de personas no temieron estampar su nombre y huella dactilar, firmando el cuaderno, para emitir su opinión limpia y convincentemente. Dentro y fuera de Venezuela. Hay que destacar que, pese a las maniobras de las embajadas y consulados maduristas, dispuestas a enrarecer la situación con los respectivos departamentos de inmigración, la consulta se realizó exitosamente en los cinco continentes. Sin embargo, el asunto es otro.
Faltaron un número significativo de ciudadanos que, por alguna circunstancia, no acudió a las urnas. No están con el gobierno, aunque un porcentaje importante trabaje en la administración pública. Simpatizan con la oposición, se identifican con ella, pero hubo algo que no las terminó de convencer para votar y firmar. No siendo en nada de los ni-ni, se comportaron como tales. Por ello, hay que hurgar en sus motivaciones y expectativas, porque detestan la dictadura, pero se quedaron en casa.
Lo anterior significa tener un sentido práctico de la política, pensar y asumir el fenómeno desde una perspectiva franca y realista, para hacer las rectificaciones del caso. Ese sentido práctico es lo que nos lleva a otro: hacer política. No es una redundancia decirlo. Es necesario realizar un trabajo de base que no lo resolverán las ruedas de prensa de la directiva de la AN o de la MUD, el cosabido pantallerismo de no pocos dirigentes, sino los partidos y los gremios. Hay que visitarlos y contactarlos esta misma semana. Porque el día siguiente del triunfo en la consulta popular de nada sirve si se limita a los grandilocuentes anuncios, sin identificar las fallas o posibles fallas y corregir lo necesario.
No tenemos todo el tiempo por delante. Pedimos que el pueblo se pronunciara y ya lo hizo de manera muy clara. Entonces hay que proceder, incluyendo la reincorporación a la actividad de oposición de quienes por alguna razón ayer no acudieron. Es el día siguiente de este acontecimiento histórico o que pudiera serlo definitivamente de no atravesarse otro.
Pensar en él después siempre es importante, debemos continuar con la presión en la calle de manera pacífica hasta que realmente retomemos el camino Democrático, y seguir demostrando que los que ejercen el poder carecen de razón.