El paro cívico de 48 horas convocado por la oposición venezolana para este miércoles mantiene en “incertidumbre” a los zulianos, que desconocen “lo que pueda ocurrir” en los próximos días. Tras el llamado a “preparase” con alimentos en los hogares, la imposibilidad de adquirirlos por múltiples factores deja en el “limbo” y a la “suerte de Dios”, a quienes “solo piensan” en lo que pueden comprar para la cena o el desayuno, reseñó La Verdad.
Otilia Zambrano, trabajadora de una farmacia ubicada en San Francisco, comenta que logró reunir algo de dinero que le alcanzó para adquirir dos kilos de harina, un kilo de pasta, uno de azúcar, un cartón de huevos, un quilo de queso y al menos 20 panes, que “servirán” para paliar el hambre y las dificultades de adquirir los productos. “Gasté muchísimo más de lo que gano en una quincena, pero la idea es resolver. Presté dinero y ya veremos cómo lo pagamos después”.
Las compras no les quitan el “sueño a más de uno” y los altos precios más el “desplome” del poder adquisitivo aleja a los compradores de guardar en su alacena una “buena” porción de comida. María Montiel vive en Villa Baralt y mientras atiende su “tarantín”, junto a sus dos pequeños, resalta que no pudo hacer nada y le tocará afrontar el paro con el “estómago vacío o con unas arepitas”.
No pueden
Almacenar una cantidad considerable de comida se hizo cuesta arriba. La canasta alimentaria familiar de junio se ubicó en un millón 229.698 bolívares, según el informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), por lo que se requerían, para el momento, más de 18 salarios mínimos para su adquisición.
Yurwin Cubillo es transportistas y a pesar de que “el dinero no le alcance para nada”, se prepara con un “saco” de plátano y yuca, tanto para él como para su familia. “Tenemos miedo, estamos a golpe y cuido. Lo que pueda comprar lo voy hacer, porque sino después miramos para el cielo”, resaltó el vecino de El Marite.
Con la situación “delicada” y una paralización de actividades de escala nacional en las “narices”, Román González, quien reside en Curarire, aseguró que lo “poco” que gana es para “medio” comer en el día y ni en “sueños” puede comprar para guardar. “Es impensable. La incertidumbre y el miedo sí nos sobra”. Los zulianos anhelan un “cambio para bien”, aunque sea “sin reservas”, apelando a la yuca, el plátano, la harina o lo que compren, “endeudándose hasta más no poder”.