La sociedad democrática Venezolana, lejos de sentirse frustrada por el evento de ayer, muy por el contrario, puede considerarse satisfecha ya que al fin, quedó plenamente demostrado, ante nosotros y todos los ojos del mundo, que este régimen no tiene pueblo y sólo está representado por una camarilla sin escrúpulos, capaz de cometer los mayores desafueros, con tal de permanecer en el poder.
Ante la debacle electoral de su consulta constituyente, pudimos observar diversas tácticas mientras preparaban el escenario para manipular la verdad. Entrevistas con los voceros principales para crear una matriz de opinión favorable, e impedir la opinión de los voceros opositores, mediante un férreo control de los medios de comunicación, ocultamiento de los graves atropellos cometidos en la región andina, postergar el horario de votación con movilización manipulada de personas a última hora, todo lo cual les permitía ganar tiempo para decidir su conducta ante su inconmensurable catástrofe política.
El régimen tenía pocas opciones: aceptar que la participación no superó el 7% de los electores, con lo cual quedaba totalmente aniquilado; aceptar la realidad y responsabilizar a la oposición de impedir la movilización de personas y reponer el proceso ejerciendo un mayor control; manipular exageradamente el resultado con los riesgos de deslegitimación nacional e internacionalmente, la cual fue la opción adoptada.
Quién puede creer en esa cifra superior a los 8 millones de participantes? Evidentemente, NADIE. Los factores democráticos hemos salido favorecidos de este proceso y es hora de arreciar la lucha. La oposición necesita fortalecer la unidad interna entre sus diversas tendencias, sin perder de vista en el objetivo y logrando una mayor sinergia y cohesión entre sus diversos instrumentos de lucha.
Nunca antes, los factores democráticos tuvimos un escenario tan favorable a la causa de la libertad, el retorno a la constitucionalidad y el Estado de Derecho como hoy. El Régimen Madurista, el CNE, el TSJ, la FAN han quedado totalmente desenmascarados, desacreditados nacional e internacionalmente. Haber cometido un FRAUDE de semejante magnitud, con el mayor desparpajo ha sido también, el mayor delito que marca el final de estén régimen corrupto, incompetente, asesino y oprobioso. Ello es sumamente grave para la gobernabilidad del país, cuya crisis, en todos los aspectos, se profundizará.
Necesitamos el auxilio de la comunidad internacional: Los organismos internacionales, nuestros países vecinos. Pero sobre todo, la conciencia libertaria y clara de nuestro pueblo para continuar y acentuar la lucha. Aquí no hay espacio para el derrotismo ni el pesimismo; por el contrario, estamos hoy en un excelente escenario para avanzar, siempre, implorando la ayuda y asistencia del Señor. Adelante con Unidad, Firmeza y Fe!
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Lcdo. Alexander Puentes.
Presidente de la Fundación Forlides
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