No existen motivos objetivos para el desánimo. Aunque se encuentre gente, más de la deseable, que se siente derrotada. Muy curiosamente debilita su voluntad de rescatar la democracia y dirige sus ataques contra dirigentes de la MUD. Transmiten una pérdida de confianza en las posibilidades de cambio, haciendo lo que quiere Maduro, que desarma espiritualmente a la oposición.
La insatisfacción con nuestros avances es un tobogán por el que tiramos al suelo importantes logros. Al desvalorizarlos concedemos una ventaja a la maraña de intereses que están constitucionalizando fraudulentamente una dictadura.
La MUD, la oposición existente más allá de ella y la resistencia del conjunto de la sociedad contra la cúpula militar civil simbolizada en Maduro, no sólo se han fortalecido sino que han protagonizado la protesta con más duración y más gente de todo el planeta en el siglo XXI. Una admirable gesta llevada a cabo frente a la represión brutal de un gobierno ocupado en un mismo objetivo: perpetuarse en el poder y seguir disfrutando de sus privilegios a costa del hambre, el empobrecimiento y la explotación de la población.
La épica que hemos vivido ha contado con diputados, dirigentes de la MUD y jóvenes sin adhesión partidista que han estado, a riesgo de su vida, en la primera fila de la acción. Se ha comenzado a combinar una dirección política (MUD), una dirección institucional (AN) y una dirección de la sociedad civil (Comité de Defensa de la Constitución). Una conquista valiosa que hay que ampliar, principalmente hacia las expresiones provenientes del chavismo, consolidar y dotar de un programa que satisfaga las aspiraciones de quienes se han movilizado día tras día durante más de 4 meses.
Hay problemas que debemos dedicarnos a superar: convertir a marchas y trancas en modalidad exclusiva de la presión pública; el casi inexistente legado organizativo de las formidables manifestaciones; la ausencia de vínculos con las calamidades sociales y los débiles esfuerzos por desarrollar el carácter pacífico de la lucha mediante nuevas formas.
Una parte de la dirección volvió a prometer el derrocamiento de Maduro y a levantar la ilusión de que se evitaría la instalación de la fraudulenta ANC. La prédica extremista de esta parte de la dirección, que llegó a ser preponderante en la MUD, fue derrotada por los hechos. Esta es la raíz de la frustración que ha golpeado a sectores del movimiento.
Pero si uno examina la situación de la cúpula de poder, a pesar de su aparente fortaleza por el control sobre la FAN, apreciará su absoluta debilidad estructural porque no podrá frenar la crisis económica y el agravamiento extremo de las calamidades de la población y porque su apelación a la represión tiene un límite. Al cerrar todos los caminos pacíficos y electorales está abriendo paso a unas primeras respuestas en el terreno militar que pueden gestar el inicio de una guerra civil. Entonces la MUD será una alternativa para unir al país.
@garciasim