Fácil de fabricar pero muy letal, el triperóxido de triacetona (TATP), conocido popularmente como “la madre de Satán”, es un poderoso explosivo utilizado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) cuyos componentes estaban en posesión de la célula que atentó en Cataluña. EFE
El auto del juez de la Audiencia Nacional -principal instancia penal española- que el martes imputó a dos de los cuatro miembros de la célula aún con vida por “asesinatos terroristas” y “posesión de explosivos” ofrece detalles sobre los preparativos que llevaron a cabo.
Entre los escombros de una casa que el 16 de agosto explotó en Alcanar, 200 km al sur de Barcelona, los investigadores encontraron 120 bombonas de gas, gran cantidad de clavos destinados a servir de metralla, detonadores y al menos 500 litros de acetona, ademas de agua oxigenada y bicarbonato.
Estos últimos son los ingredientes del TATP, un poderoso explosivo utilizado en anteriores atentados por el EI, que lo bautizó como “la madre de Satán”.
“Existen indicios racionales y suficientes de que en dicha vivienda se estaba intentando fabricar peróxido de acetona, también conocido como TATP, utilizando habitualmente por la organización terrorista Dáesh en sus acciones terroristas, como por ejemplo en los atentados de París y Bruselas”, escribió el juez, utilizando el acrónimo en árabe del EI.
Los días 1 y 2 de agosto, los hombres compraron al menos 500 litros de acetona, principal componente de este explosivo, y otros “otros componente necesarios a la fabricación de artefactos explosivos”, precisó.
El TATP ha sido popularizado por grupos radicales que difundieron en internet manuales prácticos en que se explica, con la ayuda de fotografías, dibujos o videos, como llevar a cabo su confección, relativamente sencilla.
Este explosivo artesanal tiene un gran poder de detonación y se puede elaborar a partir de ingredientes que se encuentran en el comercio. Se obtiene mezclando, en proporciones precisas, acetona, agua oxigenada y un ácido (sulfúrico, clorídrico o nítrico), productos que se encuentran en droguerías o tiendas de bricolaje.
La parte más delicada consiste en agregar el ácido a la mezcla de acetona y agua oxigenada, lo que desprende calor y fuertes emanaciones de gases que se pueden inflamar.
Según el escrito del juez, fue manipulando estos ingredientes como los miembros de la célula provocaron la explosión accidental, que mató a dos de ellos y hirió a un tercero, cuyo testimonio permitió reconstruir su proyecto de atentar con explosivos.
Privados de su arsenal por el accidente, los yihadistas decidieron un día después utilizar los vehículos que habían alquilado para arrollar a la multitud en atropellos masivos, matando a 15 personas en dos atentados reivindicados por el EI.