Los capos están aprovechando la difícil situación de los venezolanos para reclutarlos en este negocio ilegal. Se han triplicado este año los capturados de esa nacionalidad, publica Semana.
Todos son jóvenes, y la mayoría profesionales. Además, tienen en común dos cosas: son venezolanos y hoy están tras las rejas por intentar sacar droga. Esta es otra triste y desconocida realidad que están viviendo los ciudadanos de ese país, que, huyendo de las dificultades, llegaron a Colombia y terminaron en las garras de la mafia. Un tema lamentable que preocupa a las autoridades colombianas. Y con razón.
En el último mes dos hombres y una mujer provenientes de Venezuela quedaron detenidos en el aeropuerto El Dorado de Bogotá cuando intentaban viajar a España, Inglaterra y Alemania. Los dos primeros llevaban casi 2 kilos de cocaína camuflados entre su equipaje. La tercera una cantidad similar en el interior de su cuerpo.
En lo que va de 2017, la cifra de venezolanos arrestados en diferentes aeropuertos del país ha llegado a 17. Si bien puede parecer un número pequeño, a las autoridades les preocupa que es el triple de la registrada en todo el año pasado, que solo fue de 4 venezolanos.
De las 161 mulas capturadas por la Policía Antinarcóticos en los primeros ocho meses de este año, 51 son extranjeras. Pero es claro que las redes de narcos han puestos sus ojos en los nacidos en Venezuela. La cifra supera de lejos a mulas de otras nacionalidades y les siguen 4 españoles, 3 italianos, 2 guatemaltecos y las demás son de otros países. “Lo importante es que, independientemente de la nacionalidad, las personas no se dejen tentar con promesas y cantos de sirena de los narcotraficantes y arriesguen su libertad o hasta la vida”, dijo a SEMANA el coronel Julio Triana, comandante de Control Aeroportuario de la Policía Antinarcóticos de Bogotá.
La elevada producción de droga en el país ha hecho que los narcotraficantes, fuera de intentar exportar grandes cargamentos por las rutas tradicionales marítimas, hayan vuelto a usar las mulas indiscriminadamente. Esa vieja estrategia había disminuido en los últimos años debido a los estrictos controles en las terminales aéreas.
En los trabajos informales en el país muchos aprovechan para pagar menos a los venezolanos. Y eso mismo está ocurriendo en el caso de las mulas. Un kilo de droga en Estados Unidos vale entre 25.000 y 35.000 dólares, cifra que llega a los 50.000 dólares si el destino es Europa. Los narcos le dan a la mula que logra coronar un viaje un promedio de 5.000 dólares por alijo que consiguen transportar. A los venezolanos capturados les iban a pagar entre 1.000 y 2.000 dólares.
La mayoría de las mulas venezolanas han caído en las tres principales terminales aéreas: Bogotá, Medellín y Cali. Sin embargo, la cifra de reclutados por la mafia puede ser mucho mayor debido a que algunos viajan por lugares con menos controles. En Colombia otros diez aeropuertos ofrecen vuelos directos al extranjero, y es posible ir a Panamá, Estados Unidos o Aruba desde ciudades intermedias como Cúcuta, Pereira o Riohacha.
Las estadísticas confirman que Estados Unidos, México y España son los principales destinos de las mulas, seguidos por Brasil, Panamá y República Dominicana. Si bien nada justifica infringir la ley y transportar drogas, lo cierto en el caso de los venezolanos es que el desespero por conseguir un puñado de dólares los ha llevado a caer en la tentación de escuchar el macabro canto de sirenas de la mafia.