El glioblastoma es la forma más común de cáncer cerebral y con frecuencia es letal; la mayoría de los pacientes mueren dentro de los dos años del diagnóstico. Al igual que ocurre con los tejidos sanos, el crecimiento y desarrollo de glioblastomas, es controlado por células madre que proliferan y dan lugar a otras células tumorales, reseña Quo.
Las células madre de glioblastoma son difíciles de tratar porque pueden evitar el sistema inmunológico y son resistentes a la quimioterapia y la radiación. Pero matar estas células es vital para prevenir que surjan nuevos tumores después que el tumor original haya sido extirpado quirúrgicamente.
Un enfoque para tratar células madre cancerosas implica el uso de virus que se dirigen específicamente a las células tumorales. El virus Zika parece interrumpir el desarrollo del cerebro del feto dirigiéndose preferentemente a las células progenitoras y del tallo neural. Pero los efectos del virus en el cerebro de los adultos son por lo habitual mucho menos graves.