El huracán Irma ha provocado el cierre de terminales petroleras en el norte del Caribe, empeorando una escasez en el suministro de combustible a los países de América Latina, que han tenido dificultades para atender la demanda desde que el huracán Harvey interrumpió los envíos desde la costa estadounidense del Golfo de México el mes pasado, reseña Reuters.
América Latina ya ha tenido problemas durante casi dos semanas para hallar cargamentos debido a Harvey, que provocó graves inundaciones en los estados de Texas y Luisiana, provocó el cierre de puertos, refinerías y plataformas de producción de crudo.
Irma, que es seguido por otros dos huracanes en el Atlántico, amenaza a refinerías, terminales e instalaciones de almacenamiento en el Caribe.
Existen más de 100 millones de barriles en capacidad de almacenamiento en el Caribe, crucial para esos países debido a su capacidad limitada de refinación de crudo, y también como suministro para naciones sudamericanas como Brasil, Venezuela y Colombia.
Varias comercializadoras de petróleo movieron una porción de sus inventarios de crudo de Estados Unidos al Caribe antes del paso de Harvey para que pudieran seguir vendiendo cargamentos a América Latina, dijeron a Reuters operadores de dos compañías.
“Irma llega en un mal momento. No han cerrado todas las instalaciones de petróleo en el Caribe, pero el tráfico de embarcaciones es difícil en medio de la tormenta. Va a empeorar antes de mejorar”, comentó un operador de una petrolera.
La petrolera estatal mexicana Pemex dijo el miércoles que sus instalaciones no están en peligro hasta el momento, pero que está monitorizando el rumbo del huracán Katia para decidir si es necesario que emprenda nuevas acciones.
Importadores de combustible como México y Brasil han asegurado suministros en los últimos días desde la costa este de Estados Unidos, Europa y el Caribe, según operadores, reguladores y petroleras, pero esas opciones se están acabando ante la creciente demanda regional y ofertas limitadas desde Texas debido a la lentitud en la reapertura de puertos.
Por Marianna Parraga/Reuters