La mayoría de nosotros usamos Internet a diario sin darnos cuenta de la enorme cantidad de sistemas, redes y servidores que operan en la sombra para acercarnos los diferentes servicios online directamente hasta nuestras pantallas.
Una de estas tecnologías indispensables para la navegación pero poco conocida por el gran público es DNS (Domain Name System o Sistema de Nombres de Dominio), que suele venir configurada de serie en los routers proporcionados por nuestro proveedor de acceso a Internet (ISP).
Sin embargo, no siempre esta configuración es la más apropiada o conveniente para nuestra región, de ahí que exista la posibilidad de seleccionar un servicio alternativo como por ejemplo Google Public DNS. ¿Qué es, cómo puedo usarlo en mi ordenador y qué ventajas me aportará?
Cuando un equipo informático está conectado a una red, es necesario asignarle una dirección IP para identificarlo entre el resto de equipos. Si estamos en una red local con pocos ordenadores, es fácil conocer y tener apuntadas, incluso en un papel, las direcciones IP de cada uno. Pero, ¿qué sucede si nos encontramos ante una red global como Internet con miles de millones de dispositivos conectados?
Pues que la cosa se complica y el usuario humano, que es más capaz de manejar direcciones en texto (por ejemplo Xataka.com) que ristras de números IP (54.230.78.52), necesita de ayuda extra, por lo que es necesario un sistema intermedio que traduzca estos nombres de dominio a las direcciones IP del servidor donde se aloja la página o servicio que queremos utilizar.
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