Víctor Jiménez Ures: Perdiendo también se gana

Víctor Jiménez Ures: Perdiendo también se gana

Víctor Jiménez Ures
Víctor Jiménez Ures

 

Más allá del eufemismo aquel de que “ganó la democracia”, la verdad es que Voluntad Popular salió (aparentemente) muy mal parada de las elecciones primarias para gobernadores. En este sentido, pareciera que la gran victoria Adeca es suficiente para acallar los comentarios de quienes acusan al diputado Herry Ramos Allup de adelantar políticas impopulares que sumergen a la MUD en una tortuosa vorágine de desasosiego y desencanto popular que amenazan su existencia misma.

Sin embargo, justamente ha sido el partido Voluntad Popular el que ha enarbolando por mucho tiempo la bandera de la rebeldía e incluso la intransigencia en contra de una dictadura que, no albergamos la menor de las dudas, nos quiere muertos, encarcelados, o al menos lejos de nuestra patria. El espectro del electorado de Voluntad Popular ha sido, históricamente, el más joven, confrontativo y enérgico; pudiendo incluso llegar a ser calificado (Por oficialistas y nuestros hermanos de la MUD) como el más reaccionario.





Así pues, no han faltado comentarios irónicos de fingida sorpresa respecto al bajo número de postulaciones unitarias a las gobernaciones alcanzado por Voluntad Popular; no obstante, tomando en cuenta que la gran mayoría del electorado naranja es calificado como el más apasionado e intenso, no sorprende que se hayan abstenido de participar en unas elecciones primarias que no fueron correctamente explicadas, respecto a lo cual debemos asumir enteramente la responsabilidad.

Ciertamente, no hay muchos méritos ganar candidaturas con unos porcentajes de participación tan deleznables; más aún, carece de sentido creerse realmente el papel de candidatos en un país que se está cayendo a pedazos. En referencia a lo anterior, siempre fuimos claros, la MUD no aceptó ir a elecciones creyendo realmente que la dictadura respetará los resultados; antes bien, lo hizo con un sentido estrictamente estratégico ¿Cuál? No ceder espacios.

En política, la guerra e incluso el amor, debe aplicarse el mismo adagio: “Espacio cedido, espacio perdido”. Nadie está pensando en ser gobernador de un Estado sin recursos, sin capacidad de gestión, y con sus habitantes harapientos muriendo de inanición; ello equivaldría a ser reyes de un castillo de arena. Sin embargo, de no presentar candidatos opositores se la habrían puesto muy fácil a la dictadura; que ya no haya como justificar su existencia ante el mundo. ¿Se lo explicamos suficientemente bien al pueblo? Creo que no, fallamos grotescamente en la estrategia comunicacional, sobre todo, teniendo en cuenta a la experta maquinaria publicitaria de la dictadura, que se avocó al 100% a menoscabar la imagen pública de la MUD.

Las abstenciones naranjas (la gran mayoría por cierto) fueron las que marcaron la pauta de los resultados obtenidos; visto así, la lectura de la situación planteada resulta mucho más amable: No es que Voluntad Popular carezca de apoyo, más bien debemos decir que sus apoyos no participaron en la contienda intestina de la MUD. Trabajemos pues, en mejorar las estrategias comunicacionales, no para “enamorar”, pues los venezolanos no necesitan ser enamorados, sino para informar de nuestras acciones y motivaciones como activistas políticos, así, de manera simple y llana, sin secretos ni eufemismos cansinos que degraden el proceso de comunicación.

No ceder espacios, esa debe ser nuestra consigna; pero sin perder el norte de nuestra lucha pacífica y democrática. Hoy por hoy, los patrones no tienen suficiente capital para actualizar los salarios criminalmente aumentados por la dictadura; pero a los trabajadores no les alcanza ni siquiera para comer. Tal es el caso de la Alcaldía de Baruta, por poner un ejemplo, donde el exiguo salario quincenal a duras penas rinde para comprar un cartón de huevos. Me consta y doy fe de los estoicos, valientes y abnegados esfuerzos que realizan día a día todos los empleados de la administración pública baruteña por sacar a delante esa gestión, algunos, llegando al extremo de “Pedir plata prestada”, para pagar el pasaje. Mis reconocimientos y sincera admiración.

Tampoco olvidemos a los padres que dejan de comer por alimentar a sus hijos, ni a los hijos que se desviven por atender a sus padres. No dejemos de lado a quienes comen basura, ni a las miles de víctimas diarias del hampa. No ignoremos a nuestros miles de enfermos que mueren a diario por falta de medicinas; ni a nuestros héroes, que sacrificándose en el campo del honor nos dieron cátedra de patriotismo y amor a la causa republicana.

No cedamos los espacios, pero tampoco perdamos el norte.

Fuerza y Fe Venezuela, todo lo malo pasará.

Víctor Jiménez Ures