La estación de metro Parsons Green, al suroeste de Londres, fue reabierta hoy tras la explosión del viernes en la que 29 pasajeros resultaron heridos, informó Transport for London (TfL), la compañía que opera la red de transporte. EFE
Un artefacto de fabricación casera, contenido en un cubo blanco, explotó parcialmente en un tren de la línea District que se dirigía al centro de la capital británica a la hora punta de la mañana.
Los heridos recibieron atención médica en diversos hospitales de Londres, aunque ninguno revestía gravedad.
Mientras, la Policía busca al responsable de la explosión de ayer, lo que ha obligado a las autoridades a elevar a “crítico” -el más alto- el nivel de alerta terrorista en el Reino Unido, lo que significa que un atentado puede ser inminente.
El ataque fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), aunque las fuerzas del orden aún no han indicado si esta organización pudo estar detrás del incidente del viernes.
Con el aumento de la alerta a “crítico”, soldados británicos prestarán ayuda a la Policía para reforzar la seguridad en puntos claves de Londres, como la red de transporte y los estadios de fútbol, ya que hoy habrá jornada de la Premiership inglesa.
El responsable de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Mark Rowley, ha admitido a los medios que puede haber más de una persona implicada en el ataque, en el que ninguna persona murió.
Rowley dijo que las fuerzas del orden han hecho importantes progresos en la investigación y que los restos del artefacto explosivo son analizados por los expertos forenses.
“Mientras buscamos a los sospechosos, como espera la gente, estamos reforzando los recursos policiales en las calles de Londres y en todo el país”, añadió Rowley.
La amenaza estaba hasta ayer en “grave”, el cuarto más alto de una escala de cinco y que implicaba que un atentado terrorista contra el Reino Unido es altamente probable.
La decisión de subir la alerta, según el Gobierno, ha sido tomada por el Centro de Análisis Conjunto de Terrorismo, compuesto por representantes de 16 departamentos del Gobierno y con sede en las oficinas de los servicios secretos MI5 (interno).
La jefa del Gobierno, Theresa May, explicó anoche que se trata de una medida “proporcionada” y “sensible”.
La última vez que las autoridades británicas decidieron elevar el nivel de amenaza a “crítico” fue el pasado mayo tras el atentado suicida en el estadio Manchester Arena, en el norte de Inglaterra.