La preocupación internacional en relación a la espeluznante situación política y humanitaria que sufre nuestra Venezuela no es un aspaviento, un show que los países hacen para “solidarizarse” diplomáticamente y salir del paso. Es una angustia que va in crescendo pues afecta en muchos asuntos la vida en otras latitudes, especialmente afecta a los países que han decidido aliarse en diferentes organizaciones o grupos por intereses comunes, sea regionales o mundiales por el alcance de los acuerdos a que decidan llegar.
Se ha comentado en varias oportunidades que hasta para nosotros los venezolanos es muy difícil explicar esta debacle y mucho peor para quienes no la viven pero finalmente a todos les interesa entender que sucede y cuando se internan en ese submundo de un país con tantos recursos naturales y tan cruelmente gobernado por la corrupción, el narcotráfico, el hambre, la muerte y la injusticia no pueden seguir indiferentes e irremediablemente se comprometen con nuestra triste historia de los últimos años. Gobiernos de países como Canadá, Japón, Israel, Suiza, con cierta distancia de relaciones, al menos políticas , muestran su preocupación real y ponen a la orden sus posibilidades de colaborar para parar ya esta desgracia que sucede en este país. Así pues, muchas de las organizaciones, grupos, alianzas ya no solo se preocupan, sino que se ocupan de nosotros y en este lapso cuando hay una indeseada pausa y buena parte de la población representada por oposición y Resistencia Civil se siente engañada, desmoralizada, traicionada por la incoherencia y vulnerabilidad de los líderes opositores luego de 4 meses de batalla cuerpo a cuerpo y una Consulta Popular que les dió un mandato de volver a la Constitucionalidad el 16 de Julio, entonces es la comunidad internacional quien ha tomado fuerza para dar esta nueva batalla. La que finalmente les hará Pagar lo que deben a esos asesinos, corruptos , enfermos de poder que han ultrajado sin pausa a nuestra patria ya que cuenta con los mecanismos para poner tras las rejas a la pandilla de forajidos .
El pasado lunes 11 de Septiembre, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, teniendo en sus manos conclusiones previas, obtenidas luego de entrevistas a testigos hechas en Panamá y Ginebra ya que no puede acceder a Venezuela, solicitó una investigación internacional sobre las violaciones de los derechos humanos en Venezuela. pues la averiguación conducida por su oficina “sugiere la posibilidad de que se hayan cometido crímenes contra la humanidad”,según las propias palabras de Zeid Ra’ad Al Hussein.
El informe elaborado por la Oficina del ACNUDH, le dijo muchas verdades al narcogobierno y allí señala que en el marco de las recientes protestas antigubernamentales se cometieron múltiples abusos y violaciones de derechos humanos que apuntan a la “existencia de una política destinada a reprimir el disenso político e infundir temor en la población a fin de frenar las manifestaciones”. Adicionalmente,“El uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva durante las manifestaciones y la detención arbitraria de manifestantes y presuntos opositores políticos denota que no se trata simplemente de actos ilegales o insubordinados de funcionarios aislados” por lo que siendo Venezuela miembro y parte del Consejo de Derechos Humanos está obligado a mantener los más altos estándares en la promoción y protección de los derechos humanos. La contundencia de los señalamientos no tardaron en despertar los demonios del gobierno venezolano quien, a través del Canciller Jorge Arreaza (alias “el Bobo” o “El Chulo”), acusó al Alto Comisionado de tener un comportamiento selectivo y parcializado. Pero la realidad es inocultable, la migración masiva de venezolanos por el mundo y las millonarias cuentas de dudoso origen que mantienen un reducido grupo de venezolanos vinculados al gobierno, han puesto en alerta a la comunidad internacional.
Consecuentemente, la Organización de Estados Americanos –OEA- de la mano de Luis Almagro , su Secretario General, quien ya ha dado el primer paso denunciando la Alteración del Orden Constitucional en Venezuela, ahora pasa a la segunda fase auspiciando e iniciando el proceso para determinar la comisión de delitos de lesa humanidad por parte del gobierno venezolano. Esto a través de Audiencias Públicas a las víctimas para analizar y determinar responsabilidades y así sustanciar los expedientes que van a la Corte Penal Internacional –CPI- en La Haya.
Para este fin la OEA ha puesto al frente al exfiscal de la CPI,el abogado Moreno Ocampo y tres juristas Manuel Ventura (Costa Rica), Santiago Cantón (Argentina) e Irwin Cotle(Canadá) expertos en la materia, para analizar los crímenes de lesa humanidad en Venezuela y así evaluar si se justifica llevar a Venezuela a la CPI . En las primeras audiencias concurrieron militares perseguidos por la dictadura y la abogada Tamara Suju quien ha recopilado y documentado 289 expedientes de casos de tortura y violación de Derechos Humanos con la finalidad justamente de ser presentados ante La Haya. Los pasos van firmes y encaminados a castigar a los autores intelectuales y materiales del sufrimiento de nuestros hermanos quienes han sido agredidos y vejados por protestar o disentir de la mala praxis del régimen opresor.
Quién puede negar que el derecho a la reunión pacífica es violado sistemáticamente en Venezuela y que las personas identificadas con la oposición es perseguida, detenida arbitrariamente y violados sus derechos humanos que incluyen los malos tratos y torturas físicas y mentales y el debido proceso judicial. Circulan por doquier cifras de reconocidas ONG’s que reportan que durante 120 días de manifestaciones más de 134 jóvenes fueron asesinados por cuerpos de seguridad; más de 5.000 personas fueron detenidas, de las que más de 1.000 permanecían todavía encarceladas para el 31 de julio de 2017; al menos 609 civiles fueron arrestados en el contexto de las manifestaciones públicas pero tuvieron que comparecer ante tribunales militares. También están documentados ataques contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación por parte de las fuerzas de seguridad del estado venezolano, con el claro motivo de impedir la cobertura informativa de las manifestaciones, siendo catalogados públicamente como “terroristas” por el gobierno.
Tratando de lavarse la cara frente al mundo, el narcogobierno a través de la írrita Asamblea Nacional Constituyente reeditó una Comisión de la Verdad, Justicia y Reparación de las Víctimas conformado por 14 miembros, todos provenientes del Gobierno, que responden a un solo lineamento y a un solo interés: el sostenimiento del poder por todo el tiempo que sea posible.
Más allá de los shows y de las intempestivas llamadas a diálogo y elecciones concertadas con un grupúsculo, es un hecho público, notorio y comunicacional que mi patria está sumida en al peor crisis económica, humanitaria y de derechos humanos de su historia. La presión internacional en este particular, será determinante para los venezolanos que aún seguimos padeciendo las miserias de un gobierno delincuente y mafioso cuyo derrocamiento, si bien tomará tiempo, es inevitable.
En Venezuela se perdió el estado de derecho y con éste se perdió todo. Gobernados por una pandilla de narcotraficantes que están resteados a no dejar piedra sobre piedra en el país, todas las medidas internacionales son válidas porque peor que el bloqueo económico que la comunidad internacional nos pueda imponer, tenemos el bloqueo económico que nos impone un gobierno que ha destruido el aparato productivo y ha robado e hipotecado nuestras riquezas a cambio de prebendas para las élites políticas del Partido de gobierno. Más humillación y necesidad de la que nos hacen pasar los narcorevolucionarios, no nos puede hacer pasar autoridad extranjera alguna. Es inaceptable la posición colaboracionista de algunos tarifados que a cambio de gobernaciones pretenden oxigenar al gobierno a través de “diálogos”. Ya se burlaron del papa y de la Iglesia Católica, hasta que no cumplan las 4 condiciones mínimas, NINGUN VENEZOLANO DEBERÍA SENTARSE A DIALOGAR CON LOS MALANDROS QUE AÚN GOBIERNAN.
Desde la época del Intergaláctico, el Supremo Hugo Chávez, se ha impedido la entrada a Venezuela a los investigadores de las Naciones Unidas, hoy en día las violaciones son tan evidentes, que no es necesario constatarlo en el sitio. La contumacia del Gobierno a adoptar las recomendaciones dadas por los organismos internacionales, sus defensas retóricas y vacías de contenido y su caprichoso retiro de instancias que sancionan al país son la evidencia de lo que ocurre en Venezuela.
Cada vez más aislados pero con al apoyo de algunos gobiernos como el Chino o el Ruso que lejos de compartir ideología o intereses con Venezuela, usan al país para sus propios intereses políticos y económicos, fortaleciendo sus naciones y posicionándolas frente al tradicional poderío europeo o norteamericano.
En ese sentido, los venezolanos debemos estar listos para recuperar nuestra identidad y levantar al país desde adentro. No nos caigamos a embustes, la comunidad internacional está actuando en tanto que ven en Venezuela un foco de desestabilización regional, pero solo nosotros, solo los venezolanos debemos crecer para hacer de Venezuela el gran país que estamos llamados a ser.
Con mi fe y esperanzas puestas en las gestiones serias y responsables de la ONU y la OEA, en la juventud venezolana y en su gran reserva moral, sigo en mi particular cárcel del Exilio defendiendo la verdad y los valores de mi gente, con lo único que tengo, MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño
Twitter: @josegbricenot