Los sicarios desenfundaron sus armas contra el ama de casa y su hijo. Eran las 4.00 de la tarde del lunes, en el sector Barrancas, en el municipio Santa Rita de la Costa Oriental del Lago. El cuerpo de Carmen Baltrán quedó tendido en medio de un charco de sangre en la puerta principal de la vivienda, mientras que el cadáver de su primogénito, Pedro Manuel Nava Beltrán, en una de las habitaciones, reseña el Diario La Verdad.
Los verdugos llegaron a bordo de una moto. El parrillero se bajó y le disparó a la mujer quien atendió de forma inocente su llamado. Su hijo, al escuchar los disparos, trató de salir de la habitación para cerciorarse qué había sucedido pero recibió múltiples impactos de balas que de inmediato lo neutralizaron.
Una vez que los sicarios perpetraron el crimen huyeron rápidamente sin dejar rastros. Los vecinos corrieron a la casa de los Beltrán. Sabían que los disparos se escucharon en el interior del inmueble. Al tratar de entrar quedaron atónitos ante la presencia de ambos cuerpos sin signos vitales. De inmediato, por vía telefónica notificaron a la central del Cuerpo de Policía del Estado Zulia. Una comisión se trasladó al sitio y custodió la vivienda.
Funcionarios del Eje de Homicidios de la subdelegación Cabimas realizaron el levantamiento de los cadáveres. En el lugar realizaron las primeras pesquisas para determinar qué tipo de arma de fuego utilizó el asesino a sueldo. Las primeras hipótesis es el ajuste de cuenta en contra del hijo del ama de casa, sin embargo investigan el entorno familiar y de amistades de ambos.