La revista colombiana Semana con el escritor venezolano, quien se ha encargado de indagar en la figura de Hugo Chávez y en la crisis venezolana a través de la ficción y el periodismo. Barrera Tyszka es uno de los invitados al Festival Gabo que se desarrolla en Medellín.
En 2015, Alberto Barrero Tyszka se ganó el Premio Tusquets por su novela Patria o muerte, que narra de manera coral los meses en los que el expresidente Hugo Chávez agonizaba en Cuba mientras era sometido a tratamientos médicos que al final no surtieron buenos efectos. El libro muestra la polarización política, la lucha entre clases sociales, la toma de apartamentos por parte de los arrendatarios, la ambigüedad que ejercía la imagen del comandante entre el pueblo. Años después, ni la ficción alcanzó a ver el caos al que hoy llega el país vecino. SEMANA habló con el escritor, invitado hoy al Festival Gabo en Medellín, sobre la crisis venezolana.
SEMANA: Patria o muerte logra dejar en vilo al lector, muestra el principio del fin…
Alberto Barrero Tyszka: Cuando escribí la novela era imposible imaginar esto que ahora sucede. Terminé la novela después de la muerte de Chávez y se publicó en 2015, cuando ya empezaba la crisis económica con la caída del precio del petróleo. En la novela todavía hay mucho de la polarización política como problema central, pero esa Venezuela ha cambiado mucho, ahora la polarización política fue devorada por la crisis económica, es decir, ya los venezolanos estamos más unidos por ser víctimas de la crisis económica producto de una inflación del 700 por ciento y que algunos creen que puede llegar al 2000 por ciento. Eso es lo que define al país de ahora, que está ya sin el líder. Ahora mismo Chávez no está ni en el discurso de Maduro. La crisis es otro país con otras coordenadas. Lo económico se tragó cualquier otra discusión. El chavismo ya no tiene un discurso ideológico, no hay un programa.
SEMANA: ¿La realidad superó la ficción?
A.B.T.: Sí, siempre. Si lo hubiera escrito así, como ahora sucede, hubiera sido muy apocalíptico. Sí se hablaba de una crisis económica, pero era difícil predecir la magnitud y también al personaje de Maduro. La gente creía que Maduro no iba a durar en la Presidencia, pero ahora vemos que no. Todo cambió.
SEMANA: ¿En qué momento Chávez se convirtió en una figura omnipresente y total en el gobierno?
A.B.T.: Es muy difícil analizar ese proceso. Chávez vivió un proceso muy complicado, que es el proceso del éxito de masas, que es difícil para cualquier hombre. Él se creyó que era el nuevo Simón Bolívar, y cuando pasa eso, pues todo cambia para el país. El rector de la Universidad Andrés Bello cuenta que cuando ganó Chávez, se reunió con él en el Palacio de Miraflores, allí Chávez le dijo que no iba a gobernar con los partidos políticos porque no confiaba ni siquiera en el de él, que sólo confiaba en los militares. Chávez tenía esta cosa comunicacional de contestar y ser muchas personas según el interlocutor, él era muy difícil de predecir, porque hay muchos Chávez y ni siquiera sabía quién era él mismo.
SEMANA: En Patria o muerte usted analiza a Chávez desde el discurso, ¿cómo se puede leer a Maduro desde el discurso?
A.B.T.: Es muy difícil porque Maduro no tiene discurso, en cambio Chávez tenía una narrativa y un yo muy claros, todos sabían quién era, dónde había vivido, que había vendido dulces de chiquito, que le gustaba el beisbol, que cantaba. Maduro tiene una narrativa prestada y un yo muy difuso, ni siquiera se sabe dónde nació, se dice que era obrero, que tocaba bajo en un grupo de rock, todo muy raro. El trata de imitar a Chávez y no le sale. Es muy difícil precisarlo a través de su discurso.
SEMANA: ¿Cómo está el periodismo en Venezuela?
A.B.T.: En Venezuela los medios más oficiales tienen una especie de pacto más cerrado con el Gobierno, los periodistas de investigaciones migraron todos a lo digital y nacieron medios como Efecto cocuyo, Crónica uno, El pitazo, medios donde está la investigación de verdad. Sí hay una coerción muy fuerte. Si tu vas a Venezuela y ves los canales, todo es una voz mucho más oficial, eso se demostró en las protestas pasadas. Chávez en su momento dijo que era necesario crear una nueva hegemonía comunicacional, fue un proyecto político, y ahora lo estamos viviendo.