Vemos con gran preocupación, no la visita de Nicolás Maduro a Rusia, sino lo expresado durante su visita y las declaraciones del ministro de petróleo Eulogio Del Pino.
Por Horacio Medina @unape
De acuerdo con los analistas y expertos en la materia, el objetivo fundamental de la visita fue ampliar la ayuda financiera rusa como forma de aliviar el pago de la deuda y conseguir nuevos préstamos, ofreciendo a cambio una mayor participación accionaria rusa en campos de crudo y gas venezolanos en la costa este del lago Maracaibo, proyectos de crudo pesado en la Faja del Orinoco y yacimientos de Gas Costa Afuera en el Oriente del país.
El gobierno venezolano y PDVSA tienen más de 3 mil 800 millones de dólares pendientes para pagar en bonos de bonos combinados y vencimientos de intereses antes de fin de año, incluyendo unos 3 mil millones de dólares, en bonos PDVSA que deben pagarse entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre.
Aun cuando PDVSA y el régimen de Nicolás Maduro han asegurado que tienen los fondos para efectuar los pagos, entes financieros, inversores y analistas muestran serias dudas y piensan que podrá ser factible un incumplimiento parcial de los compromisos.
Luego de la visita, no ha quedado claro si Maduro logró persuadir a los acreedores rusos de extender miles de millones de dólares en nuevos préstamos a Venezuela y posiblemente llegar a un acuerdo para reestructurar la deuda pendiente de casi US $ 9.000 millones, en especial porque Moscú ha insistido que un mayor compromiso de Rusia en Venezuela, en términos de más apoyo financiero e inversión de capital, debe basarse en acuerdos que otorgan a los socios rusos control operacional de sus empresas conjuntas con el derecho de comercializar directamente su participación en la producción sin pasar por la división de Comercio de PDVSA, lo cual contraviene la Constitución y el Marco legal vigente.
Otro aspecto que preocupa es una información, no confirmada, relacionada con el control operativo ruso de las operaciones de refinación del Centro Refinador de Paraguaná.
En estos momentos de desesperación del régimen, nada es descartable y la entrega indiscriminada del patrimonio nacional aumenta de manera exponencial. La idea, mantenerse en el poder a costa de lo que sea.