¿Puede haber democracia en dictadura?, por Dayana Cristina Duzoglou

¿Puede haber democracia en dictadura?, por Dayana Cristina Duzoglou

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“O hay dictadura o hay democracia. ¡Las dos son incompatibles!”
Ex presidente Andrés Pastrana

Venezuela amaneció esta semana, como si fuera poca la destrucción y el hambre que impera en el país, devastada también moralmente por un aberrante fraude que tuvo que ir en sintonía con el otro fraudedescomunal que hizo la narcodictadura el 30 de Julio de este año para inventar un apoyo popular de 8 millones de votantes que no existieron y así instalar un poder plenipotenciario, que actúa y se impone por encima de todos los demás poderes públicos y que tiene como norte, cambiar la Constitución de 1999 para terminar de imponer un Estado Comunal, en donde, aunque no dejarán de usar los convenientes métodos democráticos para legitimarse, si anularán por completo los derechos y libertades ciudadanas.

Lamentablemente el panorama de los demócratas es un panorama sombrío donde nos quedamos sin gobernaciones, sin Asamblea Nacional (ya que este espacio fue abandonado por los representantes de la unidad democrática para optar por cargos a gobernadores), sin comida y medicinas y con una crisis humanitaria sin precedentes, y sobre todo, con la ausencia física de 121 jóvenes libertadores (según las cifras de asesinados que maneja el Ministerio Publico) que dieron su vida para impulsar un verdadero cambio en Venezuela, basado en defenestrar la narcodictadura, y jamás en elección de cargos públicos en donde se busque convivir con ella.





Aceptar ir a elecciones sin las mínimas condiciones fue un error garrafal y los ejemplos de nuestra historia de lucha contra las dictaduras, en donde ni Gómez ni Marcos Pérez Jiménez salieron con elecciones, fueron ignorados por causas que no sabemos con certeza en qué radican (si en la ingenuidad, en la ambición desmedida o en un dialogo en donde solo obtienen victorias unos pocos). Muchos venezolanos tampoco entendemos el porqué del incumplimiento del mandato democrático del 16 de Julio, en donde la sociedad democrática venezolana masivamente y en unas elecciones limpias sin el Consejo Nacional Electoral Castrista, llamó a desconocer la Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta y donde se aprobó renovar los poderes públicos y se acordó conformar un “Gobierno de Union Nacional” que restituyera el orden constitucional. Nos preguntamos muchos también, ¿qué se “dialogó” en República Dominicana para que sucediera, como dice el Dr. Enrique Aristeguieta Gramcko, el “milagro en donde un régimen rechazado por más del 80% de la población, ganara 19 gobernaciones y obtuviera el 54% de apoyo popular?
El vocero de la Unidad Democrática, Gerardo Blyde, expresó que ante el monstruoso fraude perpetrado por la narcodictadura, “no se reconocían los resultados dados por el CNE”. También habló de auditar el proceso (no debemos olvidar que cuando Henrique Capriles ganó las elecciones Presidenciales también pidió auditar el proceso, auditoria que se llevó a cabo parcialmente y jamás se reconoció a Capriles como Presidente legítimo) y Blyde también dijo que se anunciarían actividades de protesta en la calle.

Ahora, el panorama de una oposición que, al igual que el Gobierno, sufre una desconexión total con el país, los obliga a tomar acciones contundentes contra una Estado fallido que se ha consolidado y fortalecido por casi 20 años a través de elecciones. Si hay voluntad política y firmeza en la determinación de salir de la Dictadura, la Mesa de la Unidad Democrática debe:
1- Denunciar y demostrar con las actas ante los organismos internacionales el vil fraude perpetrado por la narcodictadura de los Castro.

2- La Mesa de la Unidad democrática debe, aunque tardíamente, rectificar y hacer valer el mandato que le dimos los venezolanos el 16 de Julio y llamar a constituir un Gobierno de transición, así como poderes públicos legítimos, tal como se hizo con el Tribunal Supremo de Justicia legítimo que se juramentó en la OEA y que trabajará por la restitución de la democracia en Venezuela

3- La coalición de partidos que conforman la Mesa de la Unidad, después de un dialogo debido con los otros factores democráticos del país, como aquellos que conforman el Movimiento Soy Venezuela, debe acordar la transición y llamar abierta y firmemente a una intervención internacional que ayude a los venezolanos a terminar con la cada vez más acentuada crisis humanitaria, y también debe llamar a sacar a los narcos en el poder para que sean juzgados en la Corte Penal Internacional o en la Corte de New York, donde ya están siendo juzgados por ingresar 800 kilos de cocaína a los Estados Unidos, los sobrinos de la “narco primera combatiente” Cilia Flores.

Los venezolanos que queremos que retorne la democracia a nuestro país, no podemos permitir que el destino de nuestra amada Venezuela lo decidan grupos de interés o que ahora nos llamen a elecciones Presidenciales a finales del 2018, con el mismo CNE, sin mínimas condiciones, con los mismos poderes públicos y donde se siga haciendo un “show” de democracia en una narcodictadura que jamás cederá su poder ajustados a una Constitución que tiene sus días contados.
Los demócratas no bajaremos los brazos, seguiremos resistiendo y exigiendo nuestros derechos e insistiremos en el cumplimiento del mandato del 16 de Julio, que nació de la única elección limpia que se ha llevado a cabo en décadas. Vamos a escoger bien nuestras luchas y nuestros líderes y emprenderemos solo las batallas que nos favorezcan entendiendo que vivimos en Castrocomunismo. Haremos valer el sentimiento de nuestro Libertador Simón Bolívar en donde expresó que “todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos” somos herederos de Libertadores, y testigos de la lucha de los nuevos libertadores como Neomar Lander a quien no le fallaremos, y será la lucha de muchos, la que valga por la libertad de todos.