Secuestro exprés y narcotráfico, los negocios más rentables de Venezuela

Secuestro exprés y narcotráfico, los negocios más rentables de Venezuela

(foto vía razon.com.mx)
(foto vía razon.com.mx)

 

En el barrio de Antímano, en Caracas, nadie sube a la parte superior del cerro, a menos que tengas “algún negocio turbio” que cerrar. Así lo reseña razon.com.mx

Allí vive Manuel, uno de los tres secuestradores que alquila un “bunker” de ladrillo y hierro donde hace sus negocios. “Secuestro tres o cuatro personas por día, para mí esto es un trabajo”, asegura mientras juega con la pistola y se cubre el rostro para no salir retratado.

En la violenta Venezuela, el secuestro exprés es uno de los delitos más comunes e impunes y las bandas han comenzado a pedir dólares o euros por los rescates, el botín más apetecible en un país con control de cambio, pero que rara se vez consigue.

Forma parte de “esa olla a presión” en la que se ha convertido Venezuela, un país sumido en el caos y en una crisis social sin precedentes.

Las marchas y los saqueos que se vienen dando desde el 1 de abril, en contra de la Asamblea Constituyente del Gobierno, solo han agravado la situación de violencia y delincuencia que aflige al país.

Manuel juega ahora con un fajo de bolívares mientras otros miembros de su banda portan dos recortadas escoltando la puerta, también con pañuelos.

En una de las salas suenan gemidos. Tienen a dos personas secuestradas. “Damos vueltas por Altamira y las Mercedes, en las tascas –bares-, buscando gente “prendadita”-elegantes-, con buenas marcas como la del “caballito” o coches caros”.

Y añade en el mismo tono frívolo: “Trabajaba en la construcción, pero no alcanzaba. Así que hice mi primera inversión vendiendo marihuana, pero lo que más deja ahora es el secuestro. Puedo ganar 30,000 dólares en cinco días, es lo que suele durar un “pajarito” –víctima-, cautivo”.

El año pasado se disparó el cobro de rescates en divisas extranjeras debido a la devaluación de la moneda local.

De hecho, el secuestro es el delito que más ha crecido en Venezuela en la última década, con un incremento de 300% desde 2009.

Sin movernos del barrio conocemos a Jerny. Un vendedor de droga que se maneja en otro de los locales vecinos.

La historia se repite. Un par de sujetos nos apuntan a la cabeza con revólveres de bajo calibre y nos preguntan si tenemos “algún comunicador” -móvil- encima.

Enseguida sacan el ron y se vuelven “amigables”. Venden heroína y sobre todo “piedra”, la pasta base de la cocaína, el crack. “Con la droga no tiene lio aquí, el Gobierno, ellos, están metidos en eso”, afirma.

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