Si nuestra vagina hablara, seguro nos diría que “la dejemos en paz”. Y lo primero que gritaría, para empezar, es que no le demos duchas con esas mezclas que venden en farmacias o centros comerciales, y que “garantizan mejorar su olor e higiene”.
“Estos preparados, en su mayoría, contienen vinagre, bicarbonato de sodio y yodo, sustancias que inducen a un desequilibrio en la flora vaginal; crecimiento exagerado de bacterias nocivas”, describe, la Office on Women´s Health, de los Estados Unidos.
Sin embargo, existen tres aspectos adicionales que no debemos realizarle a nuestro aparato reproductor:
1. Automedicarte
Y ella no se refiere a las cremas o supositorios de venta libre, sino a los remedios naturales para tratar infecciones: ajo o aceite de té de árbol.
De acuerdo a Raquel Dardik, profesora clínica en el departamento de obstetricia y ginecología, en Langone Medical Center, estos remedios pueden ocasionar quemaduras, las cuales pueden infectarse.
2. Vapor
Además de la posibilidad de que se produzca una quemadura de segundo grado, dicha limpieza aumenta el riesgo de que se produzca una infección bacteriana, afirma la American Journal of Nursin.
3. Objetos “no identificados”
Los tampones, juguetes sexuales, dedos… no entran en esta clasificación, en realidad se está hablando de pepinos, plátanos, dispositivos de aspecto fálico (celulares). Esto, porque muchos de ellos pueden causar desgarres dentro de la cavidad.
Lo creamos o no, nuestra vagina es sabia, tiene la capacidad de limpiarse a ella misma, y de protegerse de agentes perjudiciales. ¡Cuidémosla!
Con información de Salud180