La hiperinflación económica se proyecta en otros ámbitos sociales, como el político, porque el elevadísimo costo de la desmovilización de la ciudadanía y de los partidos permite que la dictadura se afiance cada vez más, con sus resultados fraudulentos y artificiales. Teniendo como objetivo aparentar un respaldo popular y legitimar lo que a la fuerza quieren imponer, pues son reales el rechazo y la protesta de la población. Han logrado devaluar el voto mismo al este perder su importancia y su valor. Y, aunque sigue viva la polémica de los resultados de las elecciones regionales recientes, con la continua denuncia del fraude, poco se hace efectivamente para corregir las fallas en la propia oposición. Hoy quiero mencionar dos que considero más importantes, ya que, a nuestro juicio, se han detectado técnicamente también nuestros errores: formación de testigos electorales y revaluación del concepto del voto.
Hay un porcentaje elevado de las mesas que quedaron a la completa merced del gobierno. En este particular, no existieron los testigos indispensables o éstos no gozaban de la adecuada formación en la materia. Esto no significa echarle la culpa de los resultados, como se ha dicho, sino sincerar un asunto que es demasiado trascendente. Los candidatos y sus partidos invierten los recursos disponibles en apoteósicos actos de promoción y de movilización que son importantes y decisivos en algunos casos, más no se distribuye el suficiente recurso para la adecuada formación y especialización, con tiempo, de la dirigencia electoral.
Por lo general, se le da un brochazo informativo a quienes deben defender los votos en las mesas, pocos días antes y a través de actos que son más de motivación que de estudio pormenorizado de todos y cada uno de los aspectos y posibilidades del sufragio. Antes, una de labores importantes de las secretarías o coordinaciones electorales de los partidos era detectar, seleccionar y formar aquellos cuadros de interés en los procesos electorales que requieren de tiempo para su formación. Hasta la fecha, los que se convirtieron en especialistas a todo nivel, incluyendo a la base, incluso, ya gozan de una justa jubilación.
La urgente reevaluación del voto, además de esta necesaria formación de los cuadros de base, con el debido apoyo logístico para todos y cada uno de los eventos, nos remite a la necesidad de una más abierta y decidida campaña publicitaria para defenderlo y no para desmotivarlo como está pasando en la actualidad. Podemos discrepar también en relación a la asistencia, unos a favor y otros en contra, o algunos a favor de lo que les conviene, como en el caso de las presidenciales, o en particular de los comicios municipales, mas no dispararle al sentido, a la naturaleza y a la técnica del sufragio. Nos parece que hemos mezclado una cosa: la decisión o criterio político, con la otra: el exacto conocimiento y la defensa de una principalísima herramienta democrática como es el voto.
Así como la hiperinflación económica que hoy enfrentamos tiene su origen en la demencial emisión de dinero inorgánico, también la hay en el campo político con los votos inorgánicos, irreales, artificiales, productos del fraude. Una cosa es combatir la dictadura y otra, hacerlo llevándonos por delante nuestras propias armas cívicas. Reevaluar el voto, significa conocerlo, estudiarlo, prevenir cualquier escenario de estafa y hasta saber denunciarla con absoluta precisión, como lo hizo Andrés Velásquez en el estado Bolívar, siempre entendiendo contra quién estamos luchando. No pasar la página con facilidad, sin hacer nada. Dios ayuda al que se ayuda. Así de sencillo. O mucho estorba el que no ayuda, por eso demos valorar nuestra principal herramienta de lucha: el voto. A los que no están convencidos les exhorto a que hagan propuestas que involucren a todos los sectores del país y no sólo a determinados grupos que beneficien solo a organizaciones o egos.
@freddyamarcano