El primero de mayo pasado, Nicolás Maduro promovió mediante decreto presidencial N. 2830, la Asamblea Nacional Constituyente, supuestamente para redactar una nueva Constitución para Venezuela, teniendo facultades plenipotenciarias por encima de los demás poderes. Posteriormente, el 30 de julio, se hicieron unas elecciones pírricas, avaladas por el fraudulento Consejo Nacional Electoral, abultando un resultado totalmente irreal y amañado desde todo punto de vista. No obstante, contra viento y marea, y en contra de la normativa legal, el 4 de agosto, se instalaron a lo macho en el Salón Elíptico del Palacio federal Legislativo, también sede por excelencia y por exclusividad de la Asamblea Nacional.
Como la panacea a los graves problemas políticos, económicos y sociales del país, quisieron vender la Asamblea Nacional Constituyente, pero han transcurrido más de cuatro meses, y hasta ahora no han promulgado ningún decreto para parar esta economía de guerra impuesta por el gobierno nacional, y poner coto a la crisis humanitaria que vivimos en Venezuela. Muy por el contrario, desde el primer día ratificaron las autoridades del CNE fraudulento y en mora; juramentaron de manera irrita a Tarek William Saab, como Fiscal General de la República; le dieron poderes exclusivos al Tribunal Supremo de Justicia, y como tapa del frasco, legislaron una ley contra el odio, la cual persigue silenciar la voz de la protesta y del descontento en el país, que sobrepasa del 80%.
Esta Asamblea Nacional Constituyente que nació de manera ilegítima, persigue blindar al régimen de todas las atrocidades que ha cometido y que sigue cometiendo, porque es falso que buscan el bien común, que buscan una salida certera a la crisis humanitaria y a cualquier posibilidad de reconciliación del país.
Yo me pregunto, sí en un país donde el 80% de su población está en pobreza extrema, donde 4.5 millones de venezolanos comen una vez al día, donde más de 3 millones de hermanos comen de la basura, y donde la gente está muriendo a mengua, qué carajo le importa al pueblo común, esta patraña jurídica y plenipotenciaria, si problemas tan sentidos como el hambre y la desnutrición, cada día cobra más vida de compatriotas.
Todo lo contrario, la crisis ha aumentado de manera alarmante desde que se formalizó la ANC ilegítima, y los venezolanos no vemos una luz en ese túnel negro en el que nos metió el gobierno de Nicolás Maduro. Los venezolanos le preguntamos a Nicolás Maduro, para qué sirve esa ANC, sí nació con un fin de persecución y de amedrentamiento a todo aquel que denuncie la grave situación que vivimos, donde el cáncer de la corrupción carcomió todas las instancias de poder y nos condenaron al hambre y a la miseria.
Nuestro pueblo quiere respuestas concretas y viables a sus problemas de escasez, de desabastecimiento de alimentos y medicinas, de carestía, de hambre, de inseguridad, de falta de transporte público, de falla en los servicios públicos, lo demás es letra muerta para darse oxigeno, con un organismo ilegítimo que actúa como un inquisidor de la moral y de la justicia.
Mas temprano que tarde en en nuestro pais habrá cambio porque los venezolanos somos mas futuro que pasado, y no nos acostumbramos a lo malo, seguiremos luchando hasta lograr vencer porque para nosotros Venezuela está Primero
@LuisEParra78