Con brío vital, alegría en su rostro y “satisfecho” de su alma: así se ha levantado hoy de su cama el hombre más longevo del mundo, el extremeño Francisco Núñez Olivera, en el día en el que cumple 113 años de edad.
Tal ha sido su despertar y sus primeras horas en esta jornada tan especial, que su hija Antonia, de 82 años, le ha pedido tranquilidad, con el argumento de que “el día va a ser largo”.
En agosto pasado, y tras la muerte del israelí Yisrael Kristal, Núñez pasó a ser considerado el hombre más viejo del mundo.
Francisco vive en Bienvenida, una localidad del oeste de España de 2.300 habitantes que tiene a una treintena de vecinos con más de noventa años.
A la puerta de su casa ha salido hoy Núñez para recibir el afecto de sus vecinos y también de autoridades civiles y militares.
En este segundo caso porque Francisco es el veterano de guerra con mayor edad de la historia de España, ya que combatió en la Guerra del Rif, que tuvo lugar en los años 20 del pasado siglo en territorio marroquí.
Según su hija, Francisco “está bien de salud” y “no tiene dolores ni enfermedades”.
Hasta los 104 paseaba por el pueblo, cerca del campo que cultivaba y del que se alimentaba en buena medida, pero “sin echar en falta” tampoco el producto de las matanzas caseras de sus animales.
Francisco Núñez tiene aún dos hermanos vivos, uno de 97 años, que reside en el norte de España, y su hermana de 93, que vive en Bienvenida.
El hombre ha sido nombrado hoy “hijo predilecto” del pueblo en un acto celebrado en la plaza de España de la localidad.
Ahora este extremeño recibe cartas desde México, Estados Unidos y de varios países europeos, en las que le piden una foto y su firma, como gesto de admiración y cariño. EFE