El fundador de la farmacéutica canadiense Apotex, Barry Sherman, y su esposa, Honey Sherman, murieron hoy en Toronto en circunstancias que las autoridades han calificado de “sospechosas”. Los cadáveres fueron hallados en el sótano de su residencia, que estaba en venta.
Un portavoz de la Policía de Toronto, el agente David Hopkinson, declaró en una rueda de prensa que “las circunstancias de sus muertes parecen sospechosas y las estamos tratando de esa forma”.
Hopkinson no facilitó la identidad de los dos fallecidos, que fueron encontrados hoy en el domicilio del matrimonio Sherman, pero Apotex confirmó posteriormente que los dos muertos son el fundador de la compañía y su esposa.
La compañía dijo en un comunicado que “todos en Apotex estamos profundamente conmocionados y entristecidos por estas noticias y nuestros pensamientos y oraciones son para la familia”.
La Policía también indicó que no se apreciaba una entrada forzada en la vivienda y que no hay sospechosos en búsqueda.
Sherman ha muerto a los 75 años. El empresario, que ha sido habitual en la lista Forbes de los más ricos del mundo durante más de 15 años, fundó Apotex en 1974con sólo dos empleados. En la actualidad, la compañía es el mayor fabricante farmacéutico canadiense y produce cerca de 300 medicamentos genéricos en más de 115 países. La de Barry Sherman estaba considerada como una de las principales fortunas del país, con un valor estimado de 4.800 millones de dólares canadienses (unos 3.200 millones de euros).
Tanto Barry Sherman como Apotex habían estado envueltos los últimos años en varios litigios judiciales con familiares y otras farmacéuticas. En 2013 la empresa fue la protagonista de un escándalo por una píldora anticonceptiva defectuosa, que en realidad era un placebo. Al menos 60 mujeres se vieron afectadas, de las cuales 40 se quedaron embarazadas.
El matrimonio, que tenía cuatro hijos, era también uno de los mayores filántropos del país, con cuantiosas donaciones a hospitales y grupos judíos.
