El líder independentista Carles Puigdemont fue propuesto este lunes como candidato a presidir de nuevo Cataluña, coincidiendo con su primer viaje público fuera de Bélgica desde su exilio voluntario fuera de España, donde la justicia lo persigue por rebelión y sedición.
“Propondré a la cámara al diputado Carles Puigdemont i Casamajó como candidato a la presidencia de la Generalitat (gobierno catalán)”, anunció en una comparecencia en Barcelona el presidente del parlamento catalán, Roger Torrent, tras reunirse la semana anterior con los diferentes partidos.
“Soy consciente de la situación personal y judicial del señor Puigdemont (…) pero soy consciente también de su absoluta legitimidad para ser candidato”, añadió el presidente parlamentario, también independentista.
Puigdemont se arriesga a ser detenido si vuelve a España para su investidura y por eso quiere ser escogido a distancia por el parlamento, donde los independentistas tienen mayoría absoluta tras las elecciones del 21 de diciembre.
Los comicios fueron convocados por el gobierno central de Mariano Rajoy, tras intervenir la región de 7,5 millones de habitantes y que representa casi un 20% del PIB español, horas después de la fallida declaración unilateral de independencia el 27 de octubre.
La noticia de su designación le llegó a Puigdemont en Copenhague, donde llegó el lunes por la mañana para participar en una conferencia sobre Cataluña y Europa en su primer viaje público fuera de Bélgica desde que se instalara a finales de octubre en este país.
A las 14H00 (13H00 GMT), debe participar en un debate organizado por la Universidad de Copenhague sobre el conflicto político en su región titulado “¿Cataluña y Europa en la encrucijada por la democracia?”.
Aunque dispone de libertad de movimientos en Europa, la maniobra conlleva riesgos. Justo aterrizar en Dinamarca, la fiscalía española solicitó que se envíe a las autoridades danesas una orden europea de detención.
La decisión depende del juez del Tribunal Supremo que instruye la causa por rebelión y sedición contra el núcleo duro del independentismo.
A principios de diciembre, este magistrado retiró la euroorden existente para evitar divergencias entre la justicia belga y la española sobre la tipificación de los hechos.
– Reunión con Rajoy –
Esta causa judicial ha puesto en aprietos a los independentistas. Aunque ganaron la mayoría absoluta del parlamento regional en los últimos comicios, tres de sus diputados están en prisión preventiva en Madrid y otros cinco instalados en Bélgica.
El presidente del parlamento regional, que prometió privilegiar el diálogo al tomar el cargo, pidió reunirse con el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, para buscar una solución a esta situación.
“He propuesto (…) al presidente del gobierno español, el señor Mariano Rajoy, dialogar sobre la situación anómala que vive el parlamento en el que ocho de sus diputados ven vulnerados sus derechos políticos”, anunció Torrent.
Este joven político independentista de 38 años y los otros seis miembros del órgano rector del parlamento, tres de ellos también separatistas, deberán decidir si aceptan que Puigdemont sea investido a distancia aunque los servicios jurídicos de la cámara lo consideren antirreglamentario.
“La posibilidad de afrentar esta investidura es una cuestión política”, remarcó Torrent, anunciando también que se quiere reunir con los diputados presos y los instalados en Bélgica, entre ellos Puigdemont.
El gobierno español y la oposición advirtieron repetidamente que harán todo lo posible para bloquear su toma de posesión. Por ejemplo, podrían recurrir la sesión de investidura al Tribunal Constitucional para que suspenda la votación o la resolución en que lo nombran presidente.
“No es admisible que una persona que vive fuera de España pueda presidir la Generalitat (ejecutivo catalán), que sea investido sin acudir al parlamento”, advirtió el sábado Rajoy.
Si fuera así, el artículo 155 de la Constitución gracias al que el gobierno central controla la autonomía regional desde el pasado 27 de octubre se continuará aplicando, aseguró.
Un bloqueo podría desembocar en nuevas elecciones. AFP