“El 23 de enero de 1958, representó eso que justamente se hace urgente rescatar en estos momentos de desasosiego, la esperanza en que no todo está perdido, la fe en la Democracia como el mejor instrumento para vivir en armonía y sentirnos dueños de nuestro propio destino. Imprescindible es volver a consustanciar a los venezolanos con un proyecto democrático, de profundo contenido social y económico, sin que ello signifique insistir en las prácticas populistas que tanto daño ha hecho a la sociedad. Se trata de actuar con la coherencia debida, en sintonía con las necesidades verdaderamente sentidas por la población”.
Así lo precisó el profesor de la Universidad Simón Bolívar, José Alberto Olivar, durante su disertación en el acto realizado en el auditorio del Colegio de Ingenieros de Venezuela, con motivo de la conmemoración del 60° aniversario del 23 de enero de 1958. La actividad organizada por la Comisión Puntofijo 60 años después, contó además con la magistral intervención del doctor Enrique Aristeguieta Gramcko, último sobreviviente de la Junta Patriótica que derrocó la dictadura militar y del historiador Luis Alberto Buttó.
“La clave del éxito para la dirigencia política que le hizo frente a la dictadura perezjimenista, lo constituyó entender que la lucha debía regirse bajo el signo unitario, sin apetitos personalistas o de grupo, atrayendo a importantes factores disconformes con la situación e incrementando la capacidad de combate de los cuadros de estudiantes y trabajadores sumados a la causa”.
“En aquellos años los venezolanos padecieron los rigores del miedo y el inmovilismo inducido por el despotismo. Sin embargo, gracias a las contundentes acciones de calle registradas entre finales de 1957 y la víspera del 23 de enero de 1958, tal escenario aparentemente inexpugnable fue hecho añicos”, enfatizó el profesor Olivar.
En el evento estuvieron presentes los diputados Dignora Hernández y Luis Barragán, Virginia Betancourt y Andrés Caldera, entre otras personalidades del acontecer político y académico del país.
Por último Olivar acotó: “Hoy cuando la Democracia en Venezuela es por decir lo menos una ficción, cuando lo que impera es un Estado Cuartel con prácticas totalitarias de descarnado propósito genocida, el desafío se torna en epopeya. Y por más obstáculos o riesgos que haya que sortear, ahí está la historia, no solo para rememorar estos pasajes añejos, sino para enseñarnos que esas maquinarias de odio, por más poder que ostenten, siempre tienen sus días contados”.
Nota de Prensa