En vista de la decisión del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, de remitir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la Haya, la disputa entre Venezuela y Guyana por el territorio Esequibo, el especialista en asuntos fronterizos y profesor de la Escuela de Historia de la Universidad de los Andes, Claudio Briceño Monzón, se pronunció en torno a las posibles consecuencias de esta resolución.
“Una sentencia arbitral de la CIJ, aunque se realice con arreglo a los procedimientos previamente aceptados por las partes, no es garantía de una solución definitiva y operativa de un conflicto territorial y no impide nuevas crisis todavía más graves”.
Briceño Monzón quien coordina la Cátedra sobre regionalismo, integración y desarrollo “José Manuel Briceño Monzillo” en la ULA, precisó que la ONU “está buscando la solución a una problemática que se ha eternizado en el tiempo desde hace más de medio siglo, con un tipo de conciliación, que es una mediación donde los actores no son los Estados sino los tribunales, donde investigan no solo la circunstancia de los hechos, sino realizan una propuesta de solución global y suelen ser obligatorias para las partes en su procedimiento”.
Sin embargo, el profesor Briceño acotó que “Es bueno recordar que si Venezuela no acepta la mediación de la Corte Internacional de Justicia, no puede proceder su sentencia sin el consentimiento de una de las partes afectadas. El Acuerdo de Ginebra otorga al Secretario General de las Naciones Unidas escoger como uno de los medios previstos en el Estatuto de la Corte el arreglo judicial, pero esto no significa que la CIJ sea la instancia competente para reconocer la controversia territorial”.
Nota de prensa