La reconstrucción, por Jesús Armas

La reconstrucción, por Jesús Armas

Hace unos días leí un artículo de Roberto Casanova, en el cual expresaba la necesidad que tenemos los demócratas venezolanos de jugar en dos tableros simultáneamente. El primero de ellos es enfrentar a la dictadura con todas nuestras fuerzas hasta alcanzar la libertad, el segundo es estar preparados con un proyecto de país, que permita encaminar a Venezuela hacia la libertad y la prosperidad.
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Constantemente escucho que la reconstrucción empieza el día después de derrocar a Maduro, sin embargo difiero totalmente de eso. La reconstrucción debe estar en marcha, al menos en el debate público y en el papel, desde ya.

Estar preparados es una urgencia, el mundo está lleno de ejemplos de transiciones a la democracia, que no han logrado el objetivo de consolidarse fundamentalmente por no tener como nación una meta compartida más allá de derrocar al dictador, porque la conducción política no estaba lista para asumir las riendas del gobierno y actuar para garantizar estabilidad y prosperidad para sus ciudadanos. Por tanto debemos posicionar estos temas en la opinión pública, y ese posicionamiento debe empezar por la ideología. Al final la ideología no es otra cosa que un conjunto de ideas, valores y principios que definen una visión de lo que se desea lograr como sociedad.

Si algo queda claro luego de estos casi 20 años de Socialismo, es que el Marxismo y sus derivados, solo traen miseria y violencia, que aquellas doctrinas que ponen la igualdad por encima de la libertad, nos dejan sin la una y sin la otra, solo favoreciendo a aquellos que están en el poder.

Por eso debemos pensar en una visión compartida para Venezuela, que tenga como principios fundamentales, la libertad y la dignidad humana, que nos permita rápidamente liberar toda la energía creativa de los venezolanos y así iniciar la reconstrucción.

Uno de los grandes ejemplos de cómo atravesar una situación similar, fue la Alemania de la posguerra, a la cual le tocó renacer entre sus cenizas y hoy ser, según el Banco Mundial, la 4ta economía del mundo e indiscutiblemente el país líder de Europa. Ellos asumieron como proyecto político el Ordoliberalismo, una corriente del liberalismo que plantea que la libertad es compatible con un orden social de justicia, de paz y de prosperidad, para cada uno de sus ciudadanos.

Creo firmemente que el ordoliberalismo, también conocido como “economía social de mercado”, es un programa doctrinal que nos puede unir como nación, porque en él se expresa la necesidad que tenemos de una economía de libre mercado, pero también de la importancia de garantizar la estabilidad monetaria, la inclusión social, la productividad y la justicia.

Es el momento de entender el rol de arbitraje que tiene el estado y el rol para el desarrollo y la productividad que debe tener el individuo. Es evidente que los controles de precio, de cambio, la economía dirigida centralmente y el estado como productor, solo llevan a la miseria. Por tanto es momento de confiar en nuestros ciudadanos, de saber que el motor de la riqueza es la iniciativa privada y la competencia, con reglas claras y sin favores o alteraciones desde el gobierno.

Los invito a que arranquemos este debate y a que revisemos lo escrito por Casanova acerca de estos temas, pero también a indagar sobre Hayek, Ludwig Erhard, Von Mises, Friedman y otros tantos autores que pueden enriquecer las ideas y llevarnos a la construcción del modelo que necesita Venezuela para el futuro.

Concejal Jesús Armas
@jesusarmasccs

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