Los ingenieros del estado Zulia manifestaron su preocupación por la falta de planes viales para la región. Los integrantes de la Sociedad Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad (Sotravial) recorrieron con el equipo reporteril de La Verdad la avenida 17 Haticos para señalar cuáles son los principales problemas que tiene la transitada arteria vial ubicada al sur de Maracaibo, recoge La Verdad.com.
Por: Juan José Martínez | La Verdad.com
“Nosotros como asesores del estado, promovemos un plan de mejoras de los pavimentos, servicios de drenajes, aguas negras, gas, electricidad y aseo urbano en el corredor vial monseñor Roberto Lückert, en la avenida los Haticos, que se encuentra en absoluto abandono y cada día más desmantelado sin que nadie diga o haga algo”, denunció Cipriano Hernández, asesor de Sotravial.
Agregó que la sociedad elaboró un plan a corto, mediano y largo plazo para la ciudad ,ya que desde el año 1980 los gobiernos de turno no hacen planes de este tipo. “Si no lo aplicamos de esa manera, al menos a corto plazo, nos vamos a quedar sin vías para transportarnos y vamos hacia un caos”.
El experto incentivó a escuchar las propuestas que tienen para recuperar Haticos y otras arterias viales del territorio zuliano y que exhortó a la Gobernación del estado Zulia y a la Alcaldía de Maracaibo a trabajar en conjunto para optimizar la vialidad en la avenida los Haticos. “Es un importante tramo que conecta el municipio San Francisco con la capital de la región”.
Propuesta
Dentro de sus propuestas para rescatar la otrora Zona Industrial están: incorporar soluciones al drenaje vial en la avenida los Haticos y realizar los ajustes geométricos de dicha vía en atención a las soluciones del drenaje.
Resolver los cruces viales con el drenaje en las parroquias Manuel Dagnino y Cristo de Aranza, donde la construcción de varias alcantarillas transversales solucionaría igual número de tapones viales. Que requiere atención especial.
Hebert Lynch Blackman, ingeniero miembro y unos de los pioneros en la construcción de la vialidad en el estado y parte de Venezuela, señaló que el zuliano pierde la calidad de vida por el mal estado de las vías. “El transporte es vialidad y si malgastamos horas en eso, perdemos calidad de vida y de tiempo, eso incide en tu conducta, en tu trabajo y en tu casa”.
Ultimo cariñito
El 5 de agosto de 2012, Pablo Pérez, exgobernador del estado, junto a Eveling de Rosales, exalcaldesa de Maracaibo y Henrique Capriles, quien para entonces era candidato presidencial, inauguraron el corredor vial monseñor Roberto Lückert, el cual recorría la avenida, desde la plaza Las Banderas hasta la iglesia La Milagrosa.
El corredor que lleva su nombre en homenaje al sacerdote, contó en su momento con una infraestructura amplia y uniforme, brocales, señalización, modernización de la red de semáforos, pavimentación, iluminación, paradas e incluso con un museo al aire libre que exhibía 20 gigantografías de Maracaibo y 31 obras de diferentes artistas zulianos.
La inversión total de la obra fue de 33 millones de bolívares para ese momento, que sirvieron para recuperar 6,5 kilómetros aproximadamente y que permitirían reactivar comercialmente la zona y asegurar el tránsito oportuno entre el municipio Maracaibo y San Francisco.
Poco más de cinco años después, su realidad es totalmente opuesta a su momento de máximo esplendor. Huecos, botes de agua, falta de iluminación, inseguridad, basura, desmantelamiento por parte del hampa y monte, hacen parte del paisaje. En al menos cinco puntos críticos, las aguas negras se apoderan de las calles, causando enfermedades y rompiendo el pavimento.
Calamidad
Durante el trayecto, es común observar las paradas del transporte público sin sillas y desoladas, esquinas repletas de basura, postes de electricidad sin bombillos o vehículos y buses que hacen maniobras para evitar caer en los huecos y destrozar sus unidades.
Al igual que las aguas negras, comerciantes y choferes se ven obligados a abandonar la zona, producto de la inseguridad del sector.
Decadencia por doquier
Del museo al aire libre que daba colorido y belleza junto a los árboles apostados para la obra, solo queda el recuerdo. Delincuentes se encargaron de robar todas las muestras de arte. Quienes caminan a cualquier altura de la avenida son víctimas de la delincuencia y de conductores imprudentes que los bañan de aguas putrefactas.
Los niños juegan alrededor de la mugre e incluso personas adultas ven comprometidos el poder entrar a sus viviendas por las dificultades de acceder debido al lodo y las aguas.
Quienes viven, transitan o comercializan en la zona ven cómo sus vidas se inundan entre las aguas negras, inseguridad, basura, enfermedades y mala vialidad.