¡Estalla el barrigómetro!
Inventarse él solito una elección para una Asamblea Nacional Constituyente constituyente cubana, que se la aprueben. Que la realicen sin garantías electorales, sin la empresa (Smartmatic) que avaluó las sopotocientas elecciones que la máquina de miseria llamada chavismo ganó, sin observadores internacionales de credibilidad.
Adelantar unas elecciones presidenciales sin garantías, con un árbitro que tiene puesta la camisa de uno de los equipos, obligarte a firmar un “acuerdo” solo con sus peticiones, inhabilitar políticamente a todos los contrincantes que puedan derrotarte y elegir tu mismo a tu contrincante.
El mundo entero le está dando la espalda al unilateral llamado democrático. La mayoría de los venezolanos también.
El país está en ruina y su promesa electoral es que AHORA va arreglar la economía que él mismo pisoteó y volvió ñoña. Está tan cantada la jugada, que se están sacudiendo al Partido Socialista Unido de Venezuela y se fusilaron la idea ciudadana de Soy Venezuela, lo pusieron plural y ahora se lanzan como “Somos Venezuela”, quitaron el color rojo y le dieron paso al amarillo y el azul… con unos pillines, de los mejores.
Nada de esto importaría un pepino si su verdadera intención fuera tan grande como su barriga. Todos los venezolanos saldrían en MASA a votar.
En el fondo, Nicolás está “flaquito”, pero de pueblo.
Jamás olvides que este hombre mandó a los venezolanos a comer menos porque estaban muy gordos.
¡El barrigómetro se pulverizó!