Brasil y Guyana acordaron reforzar sus áreas de defensa con sus respectivas fuerzas de seguridad para combatir el narcotráfico y los crímenes transnacionales, los cuales amenazan con la seguridad de los habitantes de estos países vecinos, informaron este sábado en un comunicado oficial.
EFE
El presidente de Guyana, David Granger, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Torquato Lorena Jardim, abordaron ese tema y otros sobre la seguridad fronteriza en una reunión con el ministro de Defensa de Brasil, Raul Jungmann Pinto.
Jungmann Pinto dijo que el Gobierno brasileño está listo para repasar los términos y formatos de cómo los dos países podrían cooperar en el área de seguridad.
“Estamos dispuestos a revisar cualquier tipo de comunicación. Haremos esto adjunto con las fuerzas militares locales, las cuales posteriormente consultarán con las altas autoridades”, sostuvo.
“Como ministro de Defensa, tengo la responsabilidad del Ejército, la Marina y la Fuerza Armada. Por lo que cualquier ayuda que le podamos proveer a Guyana, que nos avisen”, agregó Jungmann tras la reunión con las autoridades de la isla.
La propuesta de seguridad actualizaría unos acuerdos que aprobaron Brasil y Guyana en el año 2012 con la realidad actual, que incluyen intensificar la colaboración de defensa entre ambos países.
Por su parte, el presidente de Guyana dijo que la visita de los funcionarios brasileños es un preámbulo de los 50 años de relaciones diplomáticos entre ambos países suramericanos.
“Por los pasados 50 años, Brasil ha sido un garante de nuestro territorio, y ha mantenido su postura de no involucrarse en cambios a cualquier disputa fronteriza”, indicó.
Granger, a su vez, agradeció al Gobierno de Brasil por su apoyo de resolver el litigio sobre la región del Esequibo.
Esa zona, que supone dos terceras partes del territorio de Guyana, está bajo mediación de la ONU desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa territorial se agudizó en 2015 después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en aguas del área del litigio.
Ante esto, Granger reconoció que Brasil quiere ser testigo de resolver la disputa con Venezuela de una manera diplomática, la cual podría concretarse en la Corte de Justicia Internacional, como una manera vital de estabilidad en Sudamérica.