El dicho popular dice que es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Hoy, lo que nos ocurre no sólo se debe a los errores del gobierno sino también a los de la oposición. Y no me refiero únicamente a sus partidos, sino también a los demás sectores, con la excepción de la Iglesia Católica.
Los partidos políticos opositores van cada uno cada buscando sus propios intereses como si no se dieran cuentan de que su contendor es mayúsculo; de que son demasiados partidos, muy pequeños y desarticulados. Sus acuerdos han sido coyunturales y, varias veces, inducidos porque uno de ellos le ha jugado adelantado a los demás. Así, el potencial que le da una base popular a esos partidos, que ha oscilado entre el 70 y 80% en los últimos tres años, ha sido desperdiciado; exceptuando la elección de diputados 2015. Hoy una minoría de ese potencial votaría y una mayoría se abstendría, a menos que el candidato sea uno de los dos principales líderes de dichos partidos o un outsider excepcional. La respuesta coyuntural sería decidirse por un candidato único, si es que van a elecciones o no participar, pero en bloque. Si van divididos, les irá peor que hasta ahora. Una respuesta de fondo sería elegir ya las autoridades de un solo Movimiento de la Unidad Democrática entre todos sus líderes.
Por su parte, los empresarios también tenemos una cuota grande de responsabilidad en este desconcierto sociopolítico. Somos la fuente de apoyo financiero o de asesoramiento de esos partidos y éstos siguen teniendo fondos para hacer las cosas que les perjudican y nos perjudican. Lo hacemos también bajo una ética individualista y clientelista: no nos atrevemos a decirles que lo están haciendo mal ni a acordar un proyecto de trabajo por el país, pero les apoyamos por si acaso llegan al poder. La respuesta de fondo es que se forme una cúpula empresarial que defina el proyecto país y las características del sistema de partidos venezolano como condiciones bajo las cuales se le seguiría dando apoyo a los partidos. De hecho, creo que es más fácil empezar estos cambios por el empresariado que por los partidos.
José Antonio Gil Yepes
Directivo Datanalisis
@joseagilyepes