El papa Francisco renovó el sábado la comisión sobre abusos sexuales de religiosos y confirmó a un cardenal estadounidense como su líder, en tanto, el Vaticano prometió dar más voz a las víctimas en los trabajos del grupo.
La renovación de la comisión y la confirmación del cardenal Sean O’Malley de Boston como su presidente tiene lugar en momentos en que el Papa lidia con un escándalo de abusos en Chile que ha creado una de las mayores crisis de imagen de su pontificado, que cumple cinco años el próximo mes.
El primer mandato de tres años de la comisión finalizó en diciembre y su futuro había sido incierto.
Ese primer periodo estuvo manchado por dos renuncias de alto perfil, la de Marie Collins de Irlanda y Peter Saunders de Reino Unido. Ambos fueron víctimas de abuso sexual por parte de religiosos cuando eran jóvenes y salieron de la comisión argumentando que no eran suficientes los cambios ni la cooperación por parte de autoridades vaticanas.
El Vaticano dijo en una declaración que hay víctimas de abuso sexual entre los miembros de la comisión, pero que es decisión de ellas revelar esto fuera del grupo internacional de 16 integrantes, conformado por nueve miembros nuevos y siete que volvieron.
Añadió que habían avanzado los planes para crear un grupo de víctimas de abuso sexual llamado Panel Consultivo Internacional de Sobrevivientes para ofrecer asesoría sobre “prevención del abuso desde el punto de vista de los sobrevivientes”.
El objetivo de la comisión, que incluye a académicos y sicólogos laicos, sacerdotes y monjas, es promover mejores prácticas y programas educacionales para proteger a menores y adultos vulnerables en instituciones católicas de todo el mundo.
Los expertos provienen de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Holanda, Etiopía, India, Italia, Tonga, Alemania, Brasil, Polonia, Sudáfrica, Filipinas y Zambia.
Francisco ha estado bajo fuertes críticas por sus declaraciones del mes pasado en Chile, cuando señaló que las acusaciones contra un obispo chileno eran “calumnias”. Días después, sin embargo, designó a un delegado para investigar los señalamientos de que el obispo Juan Barros encubrió delitos contra menores. Reuters