Una mujer, de 22 años de edad y madre de dos hijos, fue detenida el pasado sábado por funcionarios del Cicpc-subdelegación San Antonio del Táchira, una vez se conoció que presuntamente interrumpió su embarazo de más de cinco meses de gestación y luego pretendió deshacerse del feto, botándolo en el baño, reseñó La Nación Web.
Fue el tamaño del feto (de sexo masculino, bien desarrollado y de apariencia sana), el que precisamente no permitió que la madre se saliera con la suya -se dijo-, puesto que pese a insistir, este quedaba atascado.
La madre debió desistir de su intención al ser víctima de una incontrolable hemorragia, que la hizo buscar ayuda entre sus familiares, que de inmediato la trasladaron a un centro asistencial privado de Cayetano Redondo, donde al ser atendida por los médicos, que notaron algo extraño en su situación e incongruencias en sus explicaciones, dieron aviso a las autoridades.
Al llegar los funcionarios del Cicpc y comenzar a interrogarla, no le quedó otra alternativa que admitir lo que había hecho, que supuestamente se había tomado un producto que le provocó el aborto, tras producirle contracciones del útero durante las cuales se expulsa el feto, además del riesgo inminente de una fuerte hemorragia, lo que requiere la intervención de un médico, tal cual ocurrió.
En el acto fue detenida, en la misma clínica, bajo custodia policial.
Al trasladarse a la casa de la mujer, ubicada en una barriada, en las adyacencias del cementerio municipal de San Antonio, los funcionarios recuperaron el feto, que aún permanecía en el sanitario.
A la mujer la identificaron como Yorley Q., quien quedó a disposición del Ministerio Público, instancia que se encargará de establecer las responsabilidades a que haya lugar. De hecho, vecinos del sector donde ocurrió el hecho, así como personal médico y de enfermeras de la clínica, incluso funcionarios policiales que participaron en el procedimiento, no pudieron ocultar su indignación.