El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, acusó a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, de “ausencia de voluntad democrática”, lo que justifica a su juicio que no haya sido invitado a la cumbre de Lima de abril próximo.
En una entrevista que hoy publica el vespertino francés “Le Monde”, Kuczynski reconoció que había invitado a Maduro a esa cita a finales del año pasado, pero que “la evolución de Venezuela ha sido muy inquietante” y rectificó.
El presidente peruano afirmó que en Venezuela “hay prisioneros políticos” y “no es aceptable”.
Además, acusó a Maduro de vetar la ayuda humanitaria propuesta por su país y otros vecinos.
“Perú no es intervencionista, tenemos una tradición de neutralidad. Al contrario, no hay que olvidar que Venezuela intervino en las elecciones peruanas de 2011 con dinero y de otras formas”, aseguró.
Negó que su actuación esté acordada con Estados Unidos y recordó que está en común con otros países de la zona.
Kuczynski negó las acusaciones de conflicto de intereses entre sus cargos públicos y privados y aseguró que en 50 años de responsabilidades gubernamentales nunca ha sido acusado de malversación.
Reconoció que el caso Odebrecht “es un problema muy grave en toda la región” pero que “la mayor parte de los políticos son honestos”.
Para combatir las malversaciones apostó por “mejorar los sistemas fiscales y judiciales, anticuados y basados a menudo en legislaciones contradictorias, con jueces mal remunerados y una burocracia que favorece la corrupción”.
Sobre los intentos de destituirle que lleva a cabo la oposición en el Parlamento, Kuczynski les acusó de querer dar un “golpe de estado” con una razón que no figura en la Constitución.
Defendió su decisión de sacar de la prisión al expresidente del país Alberto Fujimori porque se comprometió a hacerlo durante la campaña electoral y porque “respeta todas las normas”.
“La Constitución me da ese derecho y no voy a cambiar de opinión”, indicó el presidente, que ante las críticas de algunas organizaciones humanitarias les acusó de no haberse preocupado de los presos políticos de Venezuela o de su propio encarcelamiento durante el régimen militar de Perú a finales de los 60.
El presidente defendió que su país ha visto reducidas el número de huelgas y bajar la inflación, reconoció que el sector de la construcción quebró por el caso Odebrecht y que el fenómeno El Niño ha sido más grave de los esperado, pero indicó que Perú recibe más inversiones que Brasil o Argentina.
“Vamos a ser el segundo o tercer productor de cobre del mundo. En 2018 tendremos probablemente un crecimiento del 4 %”, aseguró, al tiempo que reconoció que el principal problema de su país es la pobreza, que cifró en el 21 % de la población (8 % extrema) y la ausencia de servicios públicos en zonas rurales.
“La inversión pública debe concentrarse en la educación, el agua potable, la sanidad y las comunicaciones”, indicó.
EFE