Mi candidato es este plan, por Leocenis García (Video)

Mi candidato es este plan, por Leocenis García (Video)

 

VENEZUELA es una mujer enferma, por el estilo de vida que ha llevado. Y una mujer enferma no puede recuperarse sin una terapia. Si una mujer está grave, y ese es el caso de VENEZUELA, debe ser operada, por lo que caerá en una descompensación para luego volver a caminar. Ahora, si persiste en sus abusos, morirá.

En  esta crisis, el cambio de modelo no será logrado sin costos. No es verdad que vamos  bañarnos con unas ramas, que fumándonos un tabaco, que con una medallita, que la huija, que un conejo salido de un sombrero,  nos salvará. No. Cero. Eso del triunfo sin costos, no está en ningun libreto.

 

VENEZUELA tiene hoy dos problemas, lleva 50 años teniéndolos con sus bajas y subidas. El primero es,  la ausencia de un mercado libre, que impide el despegue económico de nuestra nación; y el segundo,  la inflación, el impuesto encubierto.

LA INFLACIÓN, UN IMPUESTO ENCUBIERTO

La inflación es un fenómeno producido por la gestión de los gobiernos, pero sobre todo de aquellos con controles, y con tendencia populista, los cuales necesitan imprimir dinero para mantener el modelo de la esclavitud.

La única fuente de producción de dinero en Venezuela es el gobierno. ¿Para qué se usa? Para pagar los gastos del gobierno y ésta es la fuente fundamental de la inflación.

Esto produce mucho papel moneda circulando en la calle, con muy poco valor real de compra. Por ello, nadie quiere quedarse con sus billetes más tiempo del necesario. En un ambiente así, es difícil que la gente tenga incentivos para ahorrar. De esta forma se estrangula a la estructura  financiera, es decir, las instituciones de capital (los bancos)  y el mercado de capital conjunto. Un requisito fundamental para que Venezuela tenga un crecimiento en los próximos 10 años, es el establecimiento de un mercado de capitales sólidos.

Para conseguirlo hay que destruir la madre de la distorsión: La inflación. Hay un solo camino y es reducir los gastos del gobierno.

REDUCIR LOS GASTOS DEL GOBIERNO

En Chile, después del fracaso del gobierno marxista de Salvador Allende, se siguieron  las recomendaciones de Milton Friedman y se hizo una reducción del gasto público del 20 al 25%.

Durante los últimos años hemos escuchado las  recomendaciones de economistas, que aconsejan la eliminación del déficit fiscal como fuente de inflación, recurriendo, entre otras cosas, a préstamos en el extranjero. Y eso está bien como un plan de transición, pero sería una negación de la realidad, si a largo plazo el país redujera el déficit fiscal pidiendo prestado, en vez de hacer lo correcto, recortar el gasto.

El gobierno gasta porque los líderes populistas relacionan desarrollo con transferencia o reparto de riqueza, y la verdad es que el desarrollo consiste en crear, no en repartir riqueza.

Existe sólo una manera de terminar drásticamente con la inflación, consiste en reducir, de un día para otro, violentamente, el incremento en la tasa de dinero. Apagar la máquina de impresión.

El gran problema de VENEZUELA, no radica solamente en una economía en ruinas, sino en algo peor, el espíritu empresarial fue prácticamente sepultado en el país. Se introdujo en VENEZUELA una cultura del saqueo y el despilfarro.

Para acabar con la inflación sólo hay una vía, la rápida. Y es dolorosa, fuerte, es atravesar el desierto, pero nos acercará a la tierra prometida.

La única salida del estatismo al libre mercado es una política directa, (de choque)*.

En los casos de Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial, países con economías severamente destruidas a causa del conflicto bélico, las políticas de control de precios y salarios, agravaron la situación.

En los dos países se desencadenaron los problemas que hemos producido en Venezuela durante décadas, producto de los controles, verbigracia, trueques, mercado negro y escasez.

ELIMINAR LOS CONTROLES.

Los controles llevaron a la paralización de ambas economías. En los dos casos se aplicaron tratamientos de choque. En Alemania, en una tarde de un domingo, de un solo golpe, se suspendieron completamente los controles de precios y salarios; se anunció una política de reforma  social para que los gastos del gobierno fueran iguales a los ingresos tributarios y se eliminó el  financiamiento del gasto del gobierno a través de la impresión de dinero.

En menos de un mes en Alemania las mercancías se volvían a encontrar en los establecimientos comerciales, porque los precios eran reales, no artificiales.

En Japón, se aprobó un tratamiento de choque basado en la reducción del gasto del gobierno, la eliminación de los déficits  gubernamentales  financiados  mediante impresión de dinero y la eliminación de los controles sobre precios y salarios. En pocos meses el milagro se hizo evidente.

Y el otro paso para lograr la disminución de la tasa de incremento en la cantidad de dinero circulante es reducir el déficit fiscal. Por regla económica, el déficit fiscal puede ser reducido disminuyendo el gasto público o endeudándose.

DISMINUIR EL DÉFICIT FISCAL.

Yo escogería la vía de disminuir el gasto público. La disminución del déficit fiscal es un requisito indispensable para terminar con la inflación.

En la actualidad se calcula que aproximadamente la mitad del déficit del gobierno está generado por las empresas públicas, con tarifas distorsionadas, establecidas con fines abiertamente demagógicas. La solución no pasa sólo por ajustes de precios y tarifas. En unos habrá que hacer un proceso de reorganización, pero la medida más inteligente es privatizar.

Algunas de estas empresas deben ser privatizadas, o devueltas a sus legítimos dueños, en el caso de las que el Estado obtuvo a través de expropiaciones.

Venezuela durante décadas mantuvo una inflación entre 20 y 50%, la cual ameritaba una política gradual de eliminación de gasto, que jamás se hizo. Pero después, con el chavismo, donde la inflación llegó al 700%una eliminación gradual no tiene ningún sentido. Las cosas hay que hacerlas drásticamente.

No existe ninguna manera de eliminar la inflación que no involucre un periodo de severa dificultad. Sin embargo, VENEZUELA enfrenta una elección entre un período largo de desempleo y hambre, si no cambia el modelo, y el de un periodo breve de recesión al tomar las medidas correctas y cambiar el modelo.

Ese modelo de choque debe pasar por el compromiso de reducir en un 35%los gastos del gobierno, liberar el dólar de manera transparente (a la fecha lleva 14 años controlado), recurrir a un endeudamiento externo para invertir en tecnología e información, y un compromiso público del gobierno de que,después de seis meses comenzados los ajustes, no  financiarán gasto alguno a través de la emisión de dinero; así como la eliminación de la mayor cantidad de obstáculos.

Ningún obstáculo, ningún subsidio; ese debe ser el espíritu de la nueva Venezuela.

Es urgente una absoluta y expedita destrucción de todas las dificultades para lograr las autorizaciones que satisfagan la posibilidad del establecimiento de nuevas empresas.

FOMENTO DE LA INICIATIVA PRIVADA.

Si VENEZUELA va a cambiar el modelo, los empresarios deben expandirse y tener libertad para operar, y eso pasa por escoger y disponer su personal, según sus objetivos.

En VENEZUELA, existe una ley que yo llamo «la ley de vagos y maleantes». Esta legislación, ideada por el chavismo, prohíbe a los empresarios despedir a sus empleados desde el primer día de contratados. Aunque todos entendieron los supuestos nobles principios que la inspiran, la verdad es que una ley así, lejos de evitar el despido, los fomenta.

SINCERAR EL MERCADO LABORAL.

Por supuesto, todas estas cosas que planteo son traumáticas, y no hay duda de que producirán problemas y que habrá un periodo difícil, pero éste debe ser transitado. Todo queremos ir pronto a la tierra prometida. Pues bien, antes de entrar a la tierra prometida, Moisés y el pueblo de Israel pasaron una larga jornada en el desierto con hambre y sed.

En nuestro caso no será un período tan largo, ¡pero lo habrá! Habrá desempleo y dificultades, pero pronto el asunto tomará su curso.

Para atravesar ese ciclo, es preciso tomar medidas destinadas a los más pobres. Considero que una ayuda directa en efectivo a la gente, basado en el número de hijos en edades escolar, será una buena medida transitoria y necesaria.

AYUDA DIRECTA A LOS MÁS NECESITADOS.

Medidas como éstas sin duda, son polémicas, pudieran tildarse como neo-populistas, sin serlo. En todo caso, en lo único que el país nunca debe volver a creer es que los controles de precios y salarios nos ayudarán a salir de la crisis.

Otra parte importante de la hoja de ruta es la apertura de VENEZUELA hacia la economía mundial.

APERTURA DE VENEZUELA A LA ECONOMÍA MUNDIAL)

Es muy poco lo que se puede hacer con un modelo estatista interventor para atraer inversiones extranjeras. Lo otro es engañarse. Es creer que uno a un vecino puede invitarlo a tomarse un café en casa, mientras le enseña un bate de béisbol y amenaza con golpearlo.

Una vez que el país dé las señales correctas, que indiquen que Venezuela es un lugar seguro para invertir, los inversionistas aparecerán.

Los proteccionismos no ayudarán a resolver los males, los empeorarán. Yo pienso que es difícil hacerles entender a las personas que convertir una cosa en una obligación gubernamental no mejora necesariamente a esa cosa. Por ejemplo el tema de la seguridad social, pensiones, y jubilaciones en Venezuela lleva casi 60 años siendo un desastre, pero nadie parece entender que, como en otras áreas, si esto se dejara en manos privadas, para que empleados y empleadores, convengan los beneficios  de salud, en la forma que lo desean, mejorará.

 

Cuando se habla de los daños que estas medidas pueden traer, quisiera responder de la manera más honesta y clara: un programa así de cruento, podría eliminar la inflación  en seis meses, no en cuarenta años, y sentaría las bases necesarias para lograr la solución del problema fundamental del país, la promoción de una economía libre de mercado.

 

Habló así, porque  sé que estamos en un momento estelar, quizás la última oportunidad de adoptar principios de una economía libre, porque no tenemos otra opción.

 

Yo tengo muy claro que de no mediar la voluntad de todos los venezolanos para cambiar sustancialmente el destino del país, es probable que los próximos gobiernos se limiten a intentar estabilizar la economía en unos cinco o diez años, devolviéndola, hasta las estructuras vigentes con anterioridad al año 1998, cuando Chávez aún no había llegado al poder. En ese caso, VENEZUELA, seguirá ahogada en el charco ideológico del subdesarrollo, alentado por el colectivismo.

 

Así que lo que tenemos al frente es un enorme y antiguo edificio al que hay que demoler. Para esto hace falta estabilizar y disipar el caos económico, con una reforma arancelaria que abra la economía, rompa el aislamiento para llegar lo más pronto posible a una estructura de aranceles bajos y parejos.

 

REFORMA ARANCELARIA

 

Aranceles bajos para facilitar la plena integración de la economía venezolana a la economía mundial. Y  parejos, para evitar las distorsiones discriminatorias que conlleva toda estructura de aranceles diferenciados.

 

Venezuela solo se va a desarrollar, si es capaz de integrarse a la economía mundial. Hoy se sabe que es completamente falsa la consigna de que los países pobres jamás podrán remontar su condición y que están condenados a ser expulsados por las economías desarrolladas.

 

Inglaterra, que fue líder de la revolución industrial, necesitó 80 años para duplicar su producto. EEUU necesitó 40Japón requirió bastante menos, alrededor de unos veinte, y el caso de Israel es casi un milagro.

 

Esto es posible porque el camino del desarrollo ya está abierto y no es necesario volver a descubrirlo.

 

 

Llevamos años, escuchando mesías que nos prometen salvarnos. Que un milagro cambiara todo. En Prociudadanos les hablamos del paraíso, de la tierra prometida, el lugar que soñamos. Llegar ahí necesita un plan, éste que le develamos con la verdad. Sin mentirles.

 

La diferencia entre Moisés y nosotros es que él no pudo, después de guiar al pueblo, entrar a la tierra prometida. Pero nosotros sí, nosotros veremos un díaglorioso, cercano, en que VENEZUELA deje de ser esta aldea, y sea un país moderno.

 

 

Empezaremos a ver los dinteles, a los lejos, veremos la ciudad que nos ha sido prometida, y entraremos triunfantes con nuestros hijos, para la honra de los estudiantes que derramaron su sangre, y nuestros ancestros que soñaron ese lugar:

 

 

Y cuando ascendamos de las llanuras al monte, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí  la Virgen De Coromoto  nos mostrará todo el territorio de la tierra prometida, un país moderno, sin miseria, con servicios, de grandeza. Y luego el Señor nos dirá: «Éste es el territorio que juré, cuando les dije que atravesaran el desierto, entren a él”

 

Y ese día sabrán, las cosas que pueden hacer los pueblos, cuando no esperan que nadie los libere, sino que se lanzan al desierto, a conquistar la libertad que los viejos faraones le niegan. Dios nos de la victoria, y Miguel el Arcángel nos guíe por el desierto.

 

Exit mobile version