Entre los chefs que participaron en el foro organizado por la Escuela de Hotelería y Turismo del núcleo Nueva Esparta de la Universidad de Oriente (Udone), estuvo Rubén Santiago, artífice del Pastel de Chucho, claro ejemplo de la fusión de la comida margariteña, plato al que este cocinero incorporó una crema bechamel -de la cocina francesa- y además le agregó queso, convirtiéndolo en uno de los platos más solicitados por los turistas nacionales y extranjeros que llegan a la Isla.
Sin embargo, en lo que respecta a la empanada, resultó indiscutible entre los expertos cocineros, que constituye la columna vertebral o el principal emblema de la gastronomía margariteña.
El particular sabor del ají y el tomate margariteño también fue objeto de análisis en el foro realizado la semana pasada, y sobre el primero dijeron que aunque se lleven la semilla y germine en otro suelo diferente, nunca sabrá igual al margariteño.
“El ají es un ingrediente fundamental al igual que el tomate que, aunque es español, es considerado margariteño y tampoco sabe igual cuando nace en otra zona”, remarcó Indira Centorame Vidal, licenciada en Hotelería, Magíster Scientiarum en Turismo y cocinera venezolana.