El papa Francisco pidió este sábado a los cristianos que no enmudezcan ante las injusticias que sufren las personas y se esfuercen por generar caminos de dignidad, durante la homilía que pronunció durante el rito de la Vigilia Pascual de este Sábado Santo.
La ceremonia comenzó a las 20.30 horas locales (18.30 GMT) con una basílica de San Pedro del Vaticano en penumbra y en silencio.
Un mutismo, que simbolizó el dolor “ante la muerte del Señor”, y sobre el que giró la homilía que hoy ofreció Jorge Bergoglio, un silencio en el que todo el mundo puede “reconocerse y cala hondo en las hendiduras del corazón del discípulo que ante la cruz se queda sin palabras”.
“El discípulo que se queda sin palabras al tomar conciencia de sus reacciones durante las horas cruciales en la vida del Señor: frente a la injusticia que condenó al Maestro, los discípulos hicieron silencio; frente a las calum nias y al falso testimonio que sufrió el Maestro, los discípulos callaron”, lamentó Francisco.
Este discípulo se quedó paralizado, prosiguió, sin saber reaccionar ante tantas situaciones dolorosas que lo agobiaban y rodeaban.
“Es el discípulo de hoy, enmudecido ante una realidad que se le impone haciéndole sentir, y lo que es peor, creer que nada puede hacerse para revertir tantas injusticias que viven en su carne nuestros hermanos”, señaló.
Francisco criticó que esta actitud silencia “la esperanza” y acostumbra a la persona a pensar que “siempre se hizo así”, por lo que acaba “normalizando” las injusticias.
“En medio de nuestros silencios, cuando callamos tan contundentemente, entonces las piedras empiezan a gritar”, igual que gritó la del sepulcro en el que fue enterrado Jesús para decir que había resucitado, afirmó Jorge Bergoglio.
Unas palabras que hoy buscan tocar las “convicciones y certezas más hondas” de la gente, sus “formas de juzgar y enfrentar los acontecimientos”, y la manera en la que se relacionan con los demás.
“La tumba vacía quiere desafiar, movilizar, cuestionar, pero especialmente quiere animarnos a creer y a confiar que Dios ‘acontece’ en cualquier situación, en cualquier persona, y que su luz puede llegar a los rincones menos esperados y más cerrados de la existencia”, dijo.
Finalmente, el papa sostuvo que “celebrar la Pascua es dejar que Jesús venza esa pusilánime actitud que tantas veces” rodea a las personas “e intenta sepultar todo tipo de esperanza”, e invitó a los presentes a reflexionar en torno a una pregunta: “¿Queremos tomar parte de este anuncio de vida o seguiremos enmudecidos ante los acontecimientos?”.
EFE