Hay una corona que Osmel Sousa (Cienfuegos, 1948) quiere preservar: la reputación del Miss Venezuela. Apodado como el zar de la belleza por conseguir la victoria de siete reinas en el Miss Universo y otras tantas en diversos certámenes internacionales, el 4 de febrero decidió dimitir con timidez de la dirección del concurso. “Realicé muchos sueños, traje muchos triunfos y di alegría a una nación. Hoy decido retirarme de la presidencia de la Organización Miss Venezuela por la puerta grande, por la misma puerta que entre hace casi 40 años de la mano de mi gran amigo Gustavo Cisneros (el magnate dueño del concurso y de la televisora Venevisión)”, así anunció su despedida por Instagram.
Tras su renuncia se ha plantado en Miami para continuar con sus compromisos en el programa Nuestra belleza latina, televisado por la cadena Univisión, continuar con la escritura de una autobiografía y hasta descansar de las frenéticas competencias. Pero el sosiego no es completo, Sousa ahora se deslinda del escándalo alimentado por denuncias de excandidatas que denuncian prostitución y otras como Claudia Suárez (finalista del certamen en 2006) relacionada con el empresario chavista Diego Salazar en la trama de la Banca Privada de Andorra que sirvió de vía para el desfalco de 2.000 millones de dólares de Petróleos de Venezuela.
P. ¿Por qué ha renunciado al certamen?
R. Yo tenía 37 años haciendo el Miss Venezuela. Desde que colocaron el concurso en mis manos yo hacía todo: escogía las concursantes, las vestía y nombraba al jurado. Y el concurso tuvo éxito y mucho. Pero desde hace dos o tres años toda la dirección cambió y me pusieron una supervisión desde Miami con la que no me sentía cómodo porque después de 37 años haciendo todo debía pedir permiso ahora para hacer ciertas actividades y si las hago me envíen un e-mail preguntando: “¿Qué cosa es esto?”. Cualquiera en mi lugar se hubiese sentido mal. Ese fue uno de los motivos del desencanto, pero también en diciembre, en el Miss Universo, pasé mucho trabajo. Recuerdo que un amigo me pagó el pasaje y otro amigo la estadía, el vestido que habían hecho a la representante de Venezuela no era tan bonito, etcétera. Me encontré, además, ahí a la persona que supervisa eso (el certamen venezolano) desde Miami, sentado en el público viendo el evento y yo pasando trabajo. Eso me parece una falta de respeto a mí y a mi trayectoria.
P. ¿En el Miss Venezuela no hay recursos económicos para costear estos viajes?
R. No hablo tanto de recursos, sino de incomodidades en el trabajo. No había recursos para yo ir al concurso y parte del éxito que tuvo la representante venezolana del Miss Universo fue por el trabajo que hice allá.
P. ¿El drama del Miss Venezuela es insuperable?
R. Ojalá que se levante el certamen y lo hagan mejor que yo. Pero tener nuevamente 60 finalistas, siete Miss Universo (dos seguidas), seis Miss Mundo, siete Miss Internacional, costará mucho trabajo. Creo, en el fondo, que solo tenían ganas de que me fuera de la organización, presionándome y manejando las cosas de manera que me sintiera como que ya no era el director, sino una figura decorativa.
P. ¿Quién lo presionaba para que se retirara?
R. Grupos directivos que lo manejan todo desde Miami…
P. ¿Por qué crees que hubo presión para forzar su salida?
R. Porque hay personas que quieren manejar el concurso y yo molestaba.
P. Hace unos días circuló una fotografía en que aparece usted con Diego Salazar.
R. Por supuesto que me fotografié con Diego Salazar porque me invitaron a un coctel en honor a la Miss Francia en Caracas. En ese momento estaba la organizadora del Miss Francia, que yo conozco, en Venezuela. Me parecía poco amable no asistir al agasajo que ofrecieron a esa señora… Y el auspiciador era Diego Salazar.
P. ¿Cuál es su relación con Diego Salazar?
R. Solo lo conozco y ya, una relación social. Cuando voy a los sitios, adonde sea, la gente quiere tomarse fotos conmigo. Lo que tiene que quedar claro es que nunca en la vida he participado en actividades indecentes con ninguna de las candidatas del Miss Venezuela ni con nadie… La misma Patricia Velásquez (candidata en 1989) ha dejado claro que no se prostituyó en el concurso, sino en otro momento… Nada tenemos que ver nosotros con eso Si yo fuera celestino sería millonario, mucho más rico que el dueño de la revista Play Boy.
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