A cuarenta y un día de la elección presidencial en Venezuela, sin lugar a duda no hay campaña en la calle, no se siente el sabor ni el sonar de los jingles, vallas, spots publicitarios, actos y propuestas de candidatos. Nada de esto han hecho Nicolás Maduro y Henri Falcón, principales candidatos de esta contienda.
Falcón arrancó con un tiro en el ala al no contar con el apoyo de la Unidad en pleno, sólo un tercio o menos de esa MUD lo respalda y lo acompaña en sus recorridos; hasta conseguir un jefe de campaña le fue difícil.
Henri sabe cómo hacer campañas, fue alcalde de Barquisimeto en dos oportunidades y gobernador del estado Lara, durante dos períodos, no es un novato en hacer campañas, ganarlas, llegar al poder y trabajar para mostrar resultados, eso se lo reconocen oficialistas y opositores en la entidad larense.
¿Qué le pasó ahora? Pues no lo sabemos, lo cierto es que no tiene sabor, no le pone sazón al paladar, le falta el ponch y eso se llama emoción. La emoción es despertar las cosquillas de la gente por ir a votar, la sed cambiar.
Si analizamos los dos últimos candidatos presidenciales, Manuel Rosales y Henrique Capriles, vemos que cuando Rosales y con dos meses de campaña usó como slogan “Atrévete”, el momento era de atreverse a votar después que la oposición abandonó en el 2005 el espacio de la Asamblea Nacional, pensando que con la abstención se deslegitimaría el Gobierno y no fue así.
El mensaje de campaña fue la tarjeta “Mi Negra”, ¿cómo competir con el mejor momento de Chávez y con las misiones en su pleno esplendor?, una campaña dura y una derrota fulminante para Manuel Rosales, pero se hizo campaña. Resultados, Hugo Chávez obtuvo el 62.8% de los votos, y Manuel Rosales el 36.9%.
En el 2012 luego de las Primarias presidenciales de la oposición para escoger al candidato que se enfrentaría a Hugo Chávez en su tercera elección, salió a la contienda Henrique Capriles Radonski, con el slogan “Hay un camino”, el autobús del progreso y la gorra tricolor como símbolo inequívoco de su campaña y propuesta de cambio. Despertó emoción, sólo que Chávez lo venció, pero se hizo y se sintió la campaña. Resultados, Hugo Chávez 55.7% y Henrique Capriles 44.31%
Ahora bien, Falcón además de la emoción debe resolver el conflicto de la Unidad, sumar a más factores y personalidades, buscar por todas las vías el apoyo del Frente Amplio y el de los asistentes a República Dominicana, consolidar un sólo discurso, por ejemplo, la propuesta del sueldo en dólares no está mal pero hay que digerirla y reforzar la denuncia contra este Gobierno que nos llevó al desastre social para apagar el rumor de su alianza con el Gobierno. Sin Unidad no hay triunfo.
El otro punto importante es la organización; sin testigos, ni miembros de mesas ¿quiénes le defienden la elección en caso de ganarla?, sin estos guerreros, que estén atentos y prevenidos para cobrar un eventual triunfo, es imposible que Henri pueda lograr el fin de cualquier competidor: vencer.
Esta estructura electoral sólo puede lograrla teniendo el apoyo de los partidos, por lo que al candidato le corresponde resolver estos planteamientos antes de entrar al mes de mayo, de lo contrario vivirá un desenlace sin precedentes: perder sin reconocimiento de la mayoría y sin la remota excusa de culpar a los abstencionistas.
“Por ahora”, Falcón está raspa’o en emoción.