El Gobierno peruano insistió hoy en que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no puede asistir a la VIII Cumbre de las Américas porque no está invitado, pero que también está preparado ante cualquier situación que se genere por su hipotética presencia en Lima.
EFE
En una rueda de prensa, el mandatario peruano, Martín Vizcarra, declaró que “lo que está claro es que el presidente Maduro no está invitado, y ha manifestado que no le interesa asistir” a la cita los próximos viernes y sábado en Lima.
“Tenemos tantas cosas que ver, que para nosotros es un tema ya superado”, anotó Vizcarra.
Sin embargo, ante una consulta sobre la posibilidad de que Maduro llegue a Lima como turista o en otra delegación oficial, el canciller peruano, Néstor Popolizio, indicó que “las cortesías internacionales a un país que no está invitado (ordena que) no debería venir a donde no se le invita”.
No obstante, Popolizio agregó que “tenemos preparados una serie de escenarios para actuar cuando corresponda”.
El ministro de Relaciones Exteriores también mencionó que el propio Maduro estaba “repensando su participación en la cumbre”, pero que en todo caso “estamos preparados a cualquier situación” que se presente.
Vizcarra informó que 33 Estados de las Américas participarán en la cumbre, los proximos viernes y sábado en Lima, porque a la ausencia de Venezuela se sumará la de Antigua y Barbuda que se ha excusado de participar.
“Van a participar 33 de los 34 invitados, lo que garantiza el éxito de la cumbre, y la mayoría han confirmado su asistencia a través de jefes de Estado o de gobierno”, apuntó.
De otro lado, el mandatario informó que el presidente de Bolivia, Evo Morales, le pidió una reunión bilateral para abordar la agenda común, la cual se concretará en el marco de la cumbre.
“Todos los países de las Américas hemos tomado total conciencia de que la corrupción es un riesgo muy grande para la gobernabilidad de nuestros países”, expresó Vizcarra respecto al tema central de la cumbre.
El jefe de Estado dijo que al final del encuentro se pondrá a consideración de los líderes el Compromiso de Lima para tener un consenso sobre las medidas propuestas, considerando que “el ataque a la corrupción tiene que ser un esfuerzo común de países y sociedades”.