Fiscales de EEUU defendieron hoy durante una vista judicial su investigación a Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente, Donald Trump, y aseguraron que podría haber abierto un “canal secreto” para comunicarse con Rusia durante las elecciones de 2016. EFE
Los fiscales hablaron de sus sospechas hoy en una vista judicial en la Corte del Distrito de Columbia, donde Manafort se enfrenta a una decena de cargos criminales.
En la audiencia, los abogados de Manafort pidieron a una jueza que retire los cargos que presentó en su contra el fiscal especial Robert Mueller, que investiga los lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin, al que las agencias de inteligencia de EEUU acusan de interferir en las elecciones de 2016.
Los abogados de Manafort acusan a Mueller de “excederse” en sus capacidades para investigar la trama rusa y, por ello, piden que se desestimen todos los cargos en contra de su cliente.
Para defender la capacidad de Mueller de investigar, uno de los fiscales del Departamento de Justicia, Michael R. Dreeben, se refirió a la posibilidad de que Manafort hubiera abierto algún canal secreto debido a sus lazos con políticos y empresarios respaldados por el Kremlin.
Es “solo natural” investigar si esos lazos llegaron a convertirse en “comunicaciones ocultas”, dijo Dreeben, que preguntó: “¿Establecieron canales secretos con Rusia?”.
Al final de la vista, la jueza Amy Berman Jackson, encargada del caso, no emitió una decisión, pero se mostró escéptica sobre la capacidad de Manafort para cuestionar al fiscal especial Mueller.
Según Mueller, Manafort trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014) y otros oligarcas rusos, a los que ayudaron a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo al Gobierno de EEUU, lo que constituye un delito.
Además, Manafort supuestamente llegó a pagar a “antiguos políticos europeos de alto rango” para que tomaran decisiones favorables a Ucrania, a pesar de que sus actividades debían ser independientes.
Manafort, en régimen de arresto domiciliario desde que se entregó al FBI el pasado octubre, tiene que enfrentarse a dos juicios: uno fijado para el 10 de julio en Virginia y otro que comenzará el 17 de septiembre, apenas dos meses antes de las elecciones legislativas de noviembre.
En ambas cortes, Manafort se ha declarado no culpable de todos los cargos.
Manafort, que trabajó como jefe de la campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, tuvo que dimitir tras descubrirse que había ocultado a las autoridades un pago de 12,7 millones de dólares que recibió por asesorar a Yanukóvich, vinculado a Rusia. EFE