Un avión de pasajeros de la compañía Southwest Airlines que volaba de Chicago a Newark se tuvo que desviar el miércoles por la rotura de una ventanilla, dos semanas después de que un motor explotara y reventara una ventana de un Boeing 737 de la misma aerolínea.
La compañía aseguró a la AFP que la tripulación desvió el avión hacia el aeropuerto internacional de Cleveland-Hopkins para someterlo a “una revisión de mantenimiento de una de las múltiples capas de la ventanilla”. Southwest informó que el aparato aterrizó “sin problemas”.
El vuelo 957 “mantuvo la presurización” y los 76 pasajeros partieron hacia Newark en otro avión de Southwest Airlines, aseguró la compañía en un comunicado.
El 17 de abril, la metralla de una explosión de un motor de otro Boeing 737-700 de la compañía Southwest, que cubría la línea entre Nueva York y Dallas, destrozó una ventanilla del aparato, succionando parcialmente a una ejecutiva bancaria de 43 años, que murió poco después.
La capitana Tammien Jo Shults consiguió aterrizar el avión, lo que le valió el halago del presidente estadounidense, Donald Trump, que en una recepción el martes en la Casa Blanca tildó de “increíble trabajo” su actuación.
La Administración Federal de la Aviación ordenó la inspección de emergencia de los motores de avión parecidos al que se rompió en el vuelo de Southwest Airlines.
AFP